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Estaba fastidiado Pacheta con la derrota, pero en absoluto nervioso y desencajado. No es el de Salas un tipo que se descomponga con facilidad. Su verbo, su forma de decir las cosas, su capacidad para encontrar las palabras adecuadas acaba por armar un discurso relajante ... y un tanto irreal, pero que generalmente le funciona. Tras la derrota ante el Girona, no podía ser de otra forma y el de Salas habló de tiempo, tranquilidad, de su trabajo y de lo contento que está con el trabajo de todos sus chicos.
No cree Pacheta que la derrota fuera justa. Vio un primer tiempo muy igualado y un segundo de clara superioridad blanquivioleta hasta que «cuando mejor estábamos llegó el gol por un penaltito que es culpa nuestra, aunque ya le he dicho al árbitro que no puede ser que contra nosotros sea penalti y cuando es a favor tenga que ser muy claro». Con todo tampoco quiso escudarse en la lamentable actuación del árbitro para justificar una derrota que se produjo por la incapacidad de su equipo para marcar un gol.
«Llevamos tres partidos perdidos y tres partidos sin marcar un gol, pero eso no debe hacernos perder la tranquilidad. Siempre se pìerden partidos, pero lo que sucede esta vez es que están llegando todas juntas. Hoy nos ha faltado fortuna en la segunda mitad para concretar algunas de las llegadas que hemos tenido».
El socorrido recurso de culpar al empedrado o a la diosa fortuna lo matizó rápidamente señalando que «somos un equipo que tenemos muchos jugadores con gol, pero no marcamos. Mi trabajo consiste en eso, en hacer que lleguemos mejor al área, con más opciones de marcar». Difícil tarea la que se ha puesto a sí mismo el entrenador, porque no siempre el técnico puede suplir ese error en el juego.
Más deberes autoimpuestos. «Tenemos que mejorar las transiciones, porque hemos fallado en varias. Vamos a trabajar y a trabajar y que nadiue duda de que daremos con la tecla. Siempre que llueve, escampa».
Finalmente el técnico se mostró muy contento del rendimiento de Plata, Aguado, Anuar, Nacho... de los menos habituales, y reconvino con dulzura a Queirós por el penlati. «Es un penaltito, pero nosotros lo hemos cometido, y eso es lo que debemos evitar».
Míchel era la otra cara de la moneda. Puso en valor el triunfo del equipo catalán alabando al Valladolid y reconoció que se quitó un gran peso de encima, él y el grupo, con el triunfo.
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