Oportunidad para que el Real Valladolid crezca

Tras descender a Segunda, los años pasaban, sin duda, mucho más lentos y nuestra alma castellana se resentía al ver a nuestro Pucela caer ante conjuntos que nunca habían pisado Primera. Llegaron Mendi y Djukic y nos volvieron a ilusionar, cada uno con su estilo. Volvimos a pensar que detrás de todo había un proyecto duradero, que nos devolvería a la bendita rutina de encadenar años en la élite.

Otro nuevo descenso puso a prueba a los más fieles. Zorrilla no alcanzaba ni los diez mil espectadores en algunos partidos y el tedio se apoderaba de la entidad. La llegada de Ronaldo y Sergio nos ha traído esperanza y ha duplicado la asistencia a nuestro estadio, devolviéndonos también a Primera. Dice nuestro presidente que el objetivo es que, con los años, el Pucela sea un equipo más grande (de momento se está mejorando en temas como la comunicación o el estadio). Tras muchas desilusiones (a pesar de que el equipo del brasileño parece serio) toca disfrutar de aquello que solo echamos de menos cuando lo perdimos: ver al Real Valladolid competir frente a los más poderosos.

Por supuesto que da muchísima rabia que, ante oportunidades como la del Alavés para crecer y soñar con algo más que la permanencia, el equipo siempre muestre su peor cara. Claro que todos queremos que el conjunto prospere, sin perder sus raíces, y nos ilusione con algo más que llegar a los 40 puntos. Sin caer en el conformismo, hay que disfrutar, de momento, (otros históricos como el Oviedo o el Deportivo ocupan plazas de descenso a 2B) con lo conseguido por esta plantilla.

Lo que está claro es que, con este Pucela, nunca nos aburrimos. Ahora mismo muchos firmarían permanecer muchísimos años más en Primera, aunque no lleguemos a plazas europeas. También es cierto que la ciudad se merece a alguien con aspiraciones mayores. Ronaldo no sería mal padrino para empezar a creérnoslo.