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J. C. Cristóbal
Valladolid
Sábado, 7 de septiembre 2024, 21:07
La tradición dice que los partidos de Ferias suelen salir torcidos, más propios para los petardazos que para los juegos artificiales, y el del estreno del Promesas cumplió el guion, al estallarle los cohetes en las manos de su portero y en los pies de ... uno de sus centrales; dos errores groseros que lanzaron al contenedor de la basura la buena imagen que estaba ofreciendo hasta ese momento el cuadro de Álvaro Rubio.
Como es habitual en este tipo de equipos, el Valladolid renovó el bloque con la marcha de algunos de sus buques insignias y el paseo entre los Anexos y el Zorrilla de otros jugadores; aun así, con un once muy joven, el equipo se plantó muy bien en el césped, más allá de los nervios típicos de los primeros minutos de tanteo, el cuadrado central que formaban cuatro 'veteranos' (Parente, Ortuño, Verde y Frimpong) serenó el juego, al Fabril no le quedó más remedio que verlas venir y Xavi Moreno (lateral izquierdo, que conste) encendió la traca desde la banda, un zurdo por la derecha, con un latigazo que encontró la madera coruñesa y con un segundo avance que derivó en un despeje blando, a la frontal, que le permitió a Frimpong conectar un cañonazo a la red.
Real Valladolid Promesas
Fer Pérez; Alin Serban, Iago Parente (Gabriel, min. 86), Ortuño, Hugo San; Verde (Yago San Miguel, min. 86), Frimpong; Xavi Moreno (Pascu, min. 75), Rulo (Ivorra, min. 60), Sergi Esteben; y Jorge Delgado (Mariano, min. 75).
1
-
2
Deportivo Fabril
lberto Sánchez; Quique Teijo (Mardones, min. 54), Aarón (Damián, min. 54), Marotías, Iker Vidal; Alfaro, Garrido (Noé, min. 54); Guerrero (Dylan, min. 79), Luisao, Fabi (Hugo, min. 85); y Darío Germil.
Goles 1-0 (min. 18): Frimpong. 1-1 min. 77): Marotías. 1-2 (min. 80): Luisao.
Árbitro Vega Portilla, cántabro. Amarillas a Sergi Esteban, Mariano; Aarón, Fabi, Garrido, Quique Teijo, Alfaro y Noé
Otros datos Anexos. Jornada 2ª en el grupo I de RFEF. Gran entrada. Tarde ventosa. Minuto de silencio en memoria de Sofía, futbolista infantil del Parquesol.
Intentó reaccionar el filial del Dépor, cuando un intento de chilena de Luisao hubiera entrado en la candidatura del premio Puskas si el brasileño llega a conectar el balón, pero pateó el aire. Fue el único aviso serio del Fabril, tampoco es que el Promesas se asomara mucho al balcón del área, pero el control del partido era suyo desde que Verde agarró el timón y se ofrecía para limpiar el juego en el centro del campo. La primera parte se fue al sumidero sin más incidencia que la posible expulsión de Aarón en el minuto 35, con una amarilla agarró a un rival en el centro y ya se sabe que los árbitros suelen mirar hacia otro lado en este tipo de acciones.
El Promesas regresó del descanso con ganas de sentenciar. Jorge Delgado, que el año pasado visitó los Anexos con la camiseta del Rayo Cantabria, no se limitó a liberar mucho juego de espaldas, sino que también buscó la portería; a la primera salió rana, sin enganchar el remate, a la segunda metió un desmarque para el pase monumental de Verde y su derechazo encontró las yemas del guante de Alberto Sánchez.
Ahí empezaron a apagarse las luces del filial, cuando no supo matar un partido que tenía a medio cazar. Pagó un castigo muy alto por caminar por el alambre de la diferencia mínima en el marcador. Óscar Gilsanz, técnico coruñés, movió sus piezas por un triple cambio más burocrático que futbolístico, ya que se limitó a mandar al vestuario a tres jugadores con tarjeta amarilla sin cambiar el dibujo en busca del empate.
Le debió parecer suficiente mantener el 1-0, esperar al bajón físico de los pucelanos, que llegó, y esperar a que la tómbola te conceda un bonito regalo. Ya se sabe que un gol puede caer en cualquier momento y de cualquier forma, con un chispazo de calidad propio o un despiste ajeno, pero no se espera que llegue de la forma en que se produjo el 1-1. Marotías botó un córner muy cerrado, Fer Pérez lo atrapó arriba con facilidad, pero no sé si por un exceso de confianza, no sé si porque midió mal las distancias, a inercia le llevó a dar un paso atrás y el línea, con ojo de halcón, entendió que las manos se fueron por detrás de la línea de gol. En 2ª RFEF no hay VAR ni tecnología de gol y hubo que asumir la decisión del equipo arbitral.
El mazazo fue de tal dimensión que, tres minutos después, Iago Parente, que estaba haciendo un partido impecable, fue a enredarse frente al delantero rival más peligroso, Luisao, que aceptó el convite para marcar a placer el gol de la remontada.
Había tiempo, diez hasta el 90 y siete de prolongación, pero el Promesas de Álvaro Rubio había bajado los brazos y no encontró más argumentos que meter balones al área para alimentar la resistencia del Fabril. Una derrota dolorosa, y muy peligrosa, en una categoría que es un campo de minas.
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