Otro mal día para el fútbol

Aclarado esto, ya podemos hablar de fútbol, deporte (entono el mea culpa) que a veces resta protagonismo a disciplinas preciosas y, generalmente más nobles, como el balonmano o el rugby. El maldito balompié, una semana más, me ha hecho comenzar la semana con algo más de pereza. ¿A quién no le ha pasado que, cuando el Pucela cae, le entra cierto mal humor? Luego uno abre la prensa, lee al presidente decir que hemos merecido más y que hemos sido mejores en Girona y la mala leche va en aumento.

Así, la semana comienza de manera triste porque veo que nuestro equipo no espabila y que, encima, hay muchos que opinan que no mereció perder. Todas las opiniones son respetables, pero a veces, como en el caso del presidente, uno parece haber visto un partido totalmente diferente. El accidente entre nuestro defensa y nuestro guardameta no deja de ser eso, un error, que tampoco debe justificar otro mal partido de un Pucela acostumbrado a caer cada vez que mira hacia arriba.

Para mí no hubo profundidad en ataque y la defensa, sobre todo en la primera parte, se vio totalmente superada. El rombo del que hablan muchos expertos tampoco parece funcionar y, en mi opinión, Villar y José deberían entrar por las bandas y De Tomás ser la referencia arriba (el trabajador Mata no es efectivo). A partir de ahí se pueden matizar muchas cosas, como que seguimos sin saber colgar balones cuando vamos perdiendo por la mínima.

La regularidad que tanto pido parece que ahora sí existe, pues el Pucela flojea, puntual como un reloj, cuando se ve cerca de las mieles; ojalá el equipo rompa esa regla ante el Tenerife. Lo bueno, otra posibilidad de regresar a la zona de play-off ahora que el ascenso directo parece descartado. Un mal día lo tiene cualquiera (no fue el caso del Promesas) y solo queda desear mucho ánimo a Pau y a todo el primer equipo.