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el norte
Jueves, 28 de julio 2016, 20:42
El Valladolid había empezado la disputa del 16º Trofeo Ciudad de Melgaço tuteando a un primera que jugará en Europa. Y como ya ocurrió en el primer partido de pretemporada en Laguna, frente al Toledo, Paco Herrera ensayó con dos onces y el primero volvió a ser el más afortunado. Pero las comparaciones no serían justas porque en el Celta ocurrió algo parecido y el de la segunda parte resulto ser más agresivo y eficaz.
En los primeros 45 minutos, Moyano, Álex Pérez, Luismi y Rafa resolvieron sin problemas graves la papeleta en la zaga. Jordán, el jugador cedido por el Espanyol que se incorporó ayer a la concentración, y Balbi resolvieron con solvencia en la medular y Villar, Iban Salvador y Mata en punta tuvieron sus oportunidades de marcar y de demostrar que aún no están al cien por cien. En el minuto 23, Villar, solo ante el portero del Celta, desperdició la oportunidad de haber cerrado el partido.
El Valladolid había iniciado el encuentro con ambición, poniendo en jaque a los de Berizzo, con posesión, juego en el campo de los visitantes y ocasiones. El poco juego que se vio en la primera parte lo pusieron los de Paco Herrera y, además, abrieron el marcador de un estadio que por momento veía cómo se llenaba la grada, con capacidad para más de 1.700 espectadores. La mayoría, lógicamente, fueron celtiñas que animaron con cánticos a los suyos, aunque también tuvieron estrofas dedicadas al exentrenador del Celta, hoy míster del Valladolid.
Se trataba de un ensayo de altura, por tener enfrente a un primera y por eso los fallos se notan más y las ocasiones se celebran con mayor entusiasmo.
El gol del Real Valladolid llegó a la salida de un córner, con la participación de Wass, que tocó con la cabeza y dejó el balón a Mata, que solo tuvo que rematar. Ocurrió algo parecido con el segundo gol del Celta, obra involuntaria, por un rebote, de Guitián, que había tenido algún descuido, pero enmendó inmediatamente su trabajo.
Para entonces, las cosas habían cambiado mucho. En la segunda parte el Celta salió con la intención de demostrar que las categorías están para algo y que este año jugará en Europa por méritos. De modo que el experimento de Herrera en la segunda parte resultó fallido. Jose, Mata de nuevo, Caye Quintana y Zambrano apenas tuvieron ocasión de demostrar su cualidades ofensivas. Durante toda la segunda parte, el balón se jugó en campo del Real Valladolid y Ángel, Calero, Guitián y Markel no daban abasto para achicar balones y abortar el juego ofensivo de hombres como Drazic, empeñados en demostrarle a Berizzo que su llegada al Celta está justificada. Cuando Bongonda marcó el primero del Celta, solo cabía esperar que los de Paco Herrera aguantaran lo mejor posible el chaparrón que se avecinaba, porque daba la impresión de que no iba a haber concesiones y de que el Real Valladolid podría ser goleado. Sin embargo, los jugadores pucelanos sacaron rendimiento del trabajo al que les somete el entrenador barcelonés. Terminaron el encuentro corriendo como si valiera tres puntos, lo que permitió enmendar errores, frenar el ímpetu de los celtiñas y, al final, evitar la goleada. Pau Torres, que recibió los dos goles, también tuvo algunas ocasiones de lucirse.
El Real Valladolid disputará el domingo el XL Trofeo Ciudad de Pontevedra, en el Estadio de Pasarón a partir de las 20 horas.
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