![El ejemplo de Mendilibar](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/pre2017/multimedia/noticias/201607/25/media/cortadas/Imagen%20NF0483F1-kcDE-U2017763385302R-575x323@Norte%20Castilla.jpg)
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sergio martínez
Jueves, 28 de julio 2016, 16:16
Si Paco Herrera busca un espejo en el que mirarse de cara al reto de subir a Primera al Real Valladolid, o al menos intentarlo, el símil más cercano lo tiene hace exactamente diez años, cuando llegó al club blanquivioleta un entrenador de la vizcaína Zaldívar, José Luis Mendilibar. El ahora técnico de la SD Eibar logró un ascenso tan extraordinario por el portentoso rendimiento en el campo, como inesperado por la complicada situación económica y social que atravesaba el club, semejante a la actual, tras su tercera temporada en el infierno.
La temporada 2005-2006 terminó con la depresión instalada en la avenida del Mundial 82. Finalizaba otra temporada en la categoría de plata del fútbol español y lo hacía con un nuevo fracaso futbolístico. Ya no solo deprimía el hecho de que el Real Valladolid no hubiera logrado el ascenso, sino que la temporada había acabado con los blanquivioletas más cerca del descenso a Segunda División B que de Primera: décima posición, con 55 puntos, a solo nueve del decimonoveno puesto. Bastante más lejos quedó su objetivo a principio de temporada, la tercera posición, que por aquel entonces enviaba a Primera División de manera directa. Ni más ni menos que a 19 puntos, y la sensación de impotencia flotando en el ambiente.
Con el verano, llegó la revolución. Se buscó a Mendilibar, que a punto estuvo de subir a la SD Eibar en la temporada 2004-2005, bajo la vitola de hombre trabajador y sencillo, pero de fuerte carácter. Desde el primer momento dejó clara su apuesta futbolística: presión arriba y mucha intensidad para luchar cada balón.
Esta idea de la sencillez y el trabajo se vio con la línea seguida en la contratación de los fichajes, que fueron en su mayor medida hombres desconocidos en ese momento, pero con proyección. Futbolistas con todo por demostrar y que en muchos casos no habían tocado la Primera División. Basta recordar los nombres de Sisi, Álvaro Rubio o Borja Fernández para darse cuenta de que esta oportunidad en su carrera también incluyó un fuerte vínculo con la ciudad en forma de contratos que o bien fueron largos o se fueron ampliando en los años venideros, hasta convertirse en auténticos emblemas.
Pero no solo con los fichajes se construyó aquel equipo campeón, que arrolló a sus rivales con 88 puntos nunca antes vistos y del que ya formaban parte hombres como Joseba Llorente o Pedro López, quienes también demostraron un gran rendimiento con el Real Valladolid, así como un contrapunto de jugadores experimentados, como Victor o José Antonio García Calvo, que afrontaba su segunda etapa en Zorrilla.
El proyecto de Paco Herrera se ha tomado tan a pecho esa vuelta a las raíces que incluso la campaña de abonados ha regresado a los orígenes, con cambio en el color de las camisetas hacia el violeta de siempre. El club ha buscado un giro hacia la parte Más Blanquivioleta para hacer olvidar el desastre pasado, que acabó con una decimosexta plaza en el zurrón. El peor Real Valladolid desde el año 1970, que compitió en Tercera División.
Pero es en el plano deportivo donde los parecidos se muestran con más claridad. Basta con ver las sesiones de entrenamiento del preparador catalán para que algunos nostálgicos encuentren similitudes con las de Mendilibar. Correcciones constantes, intensidad y órdenes hacia sus jugadores forman parte del día a día de trabajo para los blanquivioletas tras las vacaciones.
Cualquiera que se haya acercado durante estos días a los campos Anexos habrá podido dar fe de que el preparador catalán no duda a la hora de dejarse la voz en cada entrenamiento.
Proyecto
Y luego está el lado del compromiso: se ha dicho adiós a las cesiones y se han buscado contratos largos, que afiancen el proyecto en Segunda de jugadores con todo el futuro por delante como Iban Salvador, Sergio Marcos o Luismi. Además de la vuelta de Rafa, un viejo conocido de la casa, para afianzar aun más el carácter blanquivioleta de esta nueva planificación. Aunque la duda en torno a Álvaro Rubio se sigue manteniendo como el único punto discordante en esta planificación en pro de premiar la fidelidad y el compromiso, la vuelta a los orígenes más felices del subconsciente colectivo blanquivioleta parece clara.
El tiempo dirá si el proyecto basado en jugadores jóvenes acaba en triunfo o Zorrilla vive otro fracaso, pero cabe recordar que la temporada de Mendi, empezó con dos derrotas en los primeros cuatro partidos (Ciudad de Murcia y Polideportivo Ejido), incluso en la sexta jornada se cayó al decimocuarto puesto, tras perder contra el Salamanca en casa. Tras ello, veintiún partidos oficiales sin perder, hasta que el Deportivo truncó la racha en Copa (29 consecutivos en Liga, récord aún no batido). El Real Valladolid se enfrentará al Oviedo, Rayo Vallecano y Girona en las primeras jornadas. Mendilibar demostró que, en un proyecto de futuro, el inicio no significa nada.
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