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Arturo Posada
Miércoles, 15 de junio 2016, 09:01
Ángel Rodríguez (León, 1972) siempre demostró pasión por el fútbol. Durante su etapa como jugador, no se limitaba a asumir las decisiones de sus entrenadores, sino que trataba de profundizar en las cuestiones tácticas. El leonés estuvo a las órdenes de Paco Herrera en el ... Numancia (1997-1998) y en el Polideportivo Ejido (2002-2003), y el técnico se acordó de su sagacidad cuando colgó las botas en 2009. Ángel Rodríguez se convirtió en el segundo entrenador de Herrera y le acompañó a partir de entonces en su periplo por los banquillos:Villarreal B, Celta, Zaragoza, Las Palmas y, ahora, Real Valladolid.
«Hablábamos mucho de fútbol cuando yo era jugador y él mi entrenador. Hay futbolistas que quieren saber más cosas y yo era uno de ellos:un jugador preguntón. Además, por mi manera de ver el fútbol, era la prolongación del entrenador dentro del campo», rememora Ángel Rodríguez.
Su lealtad con Paco Herrera quedó confirmada la pasada campaña cuando el técnico fue despedido de Las Palmas y el club canario ofreció a Ángel Rodríguez quedarse en la estructura deportiva. Todo parecía favorable:un club de Primera, en la isla donde nacieron su esposa y sus hijos. Pero pesó más el vínculo profesional.
«Paco me había brindado la oportunidad de entrenar cuando yo había terminado de jugar al fútbol. En esa época, siempre resulta complicado seguir ligado al mundo profesional. A Las Palmas vinimos juntos y pensé que juntos nos tendríamos que ir. Él me dijo que era una oportunidad importante para mí, pero yo entendía que había acabado el ciclo. Siempre habrá oportunidades para volver. Mi mujer y mis hijos son de aquí [Las Palmas] y no tengo reparo en decir que estimo a la Unión Deportiva como a ningún otro club», explica.
Ángel Rodríguez asume en los banquillos las mismas funciones que Paco Herrera como complemento del primer entrenador. «Paco es el que tiene toda la autoridad, por supuesto, pero nosotros comentamos absolutamente todo. Yo me encargo también de la estrategia porque Paco delega mucho en su cuerpo técnico y esa es una de sus virtudes. Siempre está abierto a cualquier posibilidad que le planteemos».
Además, el segundo entrenador está en contacto diario con Paco Herrera y aporta su opinión sobre la confección de la plantilla blanquivioleta.
El preparador físico Fran Albert (Alicante, 1979) forma el tercer vértice del nuevo cuerpo técnico del Real Valladolid. Su formación académica es tan larga como la trayectoria que acumula en la preparación de diferentes equipos. Es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, posee el máster del Comité Olímpico Español y se doctoró en Biomedicina por la Universidad de Granada. Además, ha pasado por el Santa Fe granadino, el Granada B, Novelda, Cartagena, Unión Deportiva Salamanca, Castellón, Celta y Zaragoza. Fue en Vigo cuando empezó a trabajar con Herrera, aunque se conocían de Castellón.
«Conectamos no solamente en aspectos del juego, sino también de la vida y eso hizo que el cuerpo técnico funcionase desde el primer día. La sintonía entre nosotros siempre ha sido muy buena», dice Fran Albert.
El preparador físico no acompañó a Herrera y a Rodríguez a Las Palmas por cuestiones personales que le impidieron desplazarse a la isla. «Lo eché de menos, pero allí estuvieron con un gran profesional, al que respeto, y con el que lograron el éxito deportivo del ascenso a Primera».
Albert explica cómo serán las sesiones físicas del Real Valladolid. «No hablo en primera persona del singular, sino en primera persona del plural. Todos, en el cuerpo técnico, entendemos el entrenamiento bajo la perspectiva de este deporte y, por eso, el fútbol es el medio de entrenamiento. A partir de ahí, daremos mucha variedad y diversos estímulos para lograr el máximo rendimiento a la plantilla que tengamos», expone.
Pareja de Dori Ruano
La vinculación de Fran Albert con el deporte va más allá del fútbol ya que es pareja de la exciclista salmantina Dori Ruano. «En casa, igual que se come, se hace actividad física», ríe.
Los dos ayudantes de Paco Herrera definen a su jefe. «Tiene muchas virtudes», desgrana Ángel Rodríguez. «Un conocimiento absoluto de la Segunda División y un gran manejo del grupo. Además, siempre quiere aprender, informarse, leer, averiguar nuevas maneras de entender el fútbol. Después de tanto años entrenando, sigue con la misma ilusión y las mismas ganas. Eso dice mucho de él como persona y como profesional».
«Es un continuo renovador de ideas», expone Fran Albert. «Tiene un espíritu muy joven y es muy crítico en el trabajo. Si nosotros somos muy perfeccionistas es por él, que siempre nos exige al máximo».
Ángel Rodríguez recuerda que en el Real Valladolid «falta todo por hacer», aunque está seguro de que se armará «un buen grupo». Yaporta algunas claves del nuevo ideario: «Estoy convencido de que vamos a hacer un buen fútbol. Queremos un equipo con mentalidad ganadora, mucha intensidad, un conjunto que siempre intente apretar en campo contrario y que sea agresivo. Todo aquello que conlleva una buena plantilla que pueda estar arriba en Segunda División».
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