Arturo Posada
Lunes, 4 de abril 2016, 11:57
A Miguel Ángel Portugal le agradó ayer el juego del Real Valladolid. O, al menos, eso fue lo que apuntó en la sala de prensa de Zorrilla, donde principalmente puso el foco en los aspectos positivos de su equipo. «Empezamos muy bien el partido, con ... ganas, intensidad y la tensión que queríamos. Tuvimos aproximaciones buenas. Luego, pasamos por un lapsus de 15 minutos al final del primer tiempo. En el segundo tiempo sacamos bastante ritmo, deseos y ganas de ganar. Generamos bastantes ocasiones», apuntó el entrenador blanquivioleta.
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Sin embargo, el gol se hizo de rogar y no llegó hasta el minuto 92, en un gran remate de Juan Villar desde fuera del área. «No habría sido justo que hubiésemos perdido», añadió Portugal.
El técnico explicó que Villar «ha pasado una semana jodida», fruto de una lumbalgia y entendió que se demorase en la celebración, en el minuto 92. «El gol le ha liberado. No le doy más importancia. Él no se ha dado cuenta del retorno que han hecho sus compañeros y lo ha vivido a su manera».
Portugal vivió una semana «coartado» por la situación física de algunos jugadores. «Manu del Moral estaba justo y Álvaro Rubio, también. Con este último he preferido no arriesgar. Estaba en el banquillo por si Borja o Tiba no podían seguir, era una alternativa. Creo que hemos sacado bien el balón desde atrás. No me gusta cuando nos hemos precipitado en balones largos. En líneas generales, hemos estado bien e hicimos un fútbol tranquilo para entrar por las bandas y con la intensidad necesaria que hemos aplicado bien en la mayor parte del segundo tiempo. La pena es que el gol no pudo llegar antes».
Miguel Ángel Portugal valoró «positivamente» el empate por la manera de conseguirlo. «Es una lucha muy larga, aún quedan muchos partidos. Es el primer encuentro de una serie de diez que quedan y que no tenemos que perder».
El técnico entendió los pitos de la grada. «A todos nos gusta ganar y sé que estamos en un momento crucial para meternos arriba. Entiendo a la gente. Merecimos más, pero el empate en el último minuto puede ser el punto de inflexión para que las cosas nos vengan ahora bien dadas».
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Néstor Gorosito, técnico del Almería, acabó con un «sabor amargo». «El partido estaba prácticamente terminado y nos empataron con un gol de volea desde fuera del área. El Real Valladolid había tenido algunas oportunidades a través de centros, más que de juego. Generamos algunas superioridades, pero no concretamos. Con el 0-1, nos fuimos para atrás
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