Cuidado intensivo para el césped

En el último choque disputado por el equipo blanquivioleta como local se produjeron algunos resbalones sobre el terreno arenoso, fruto del recebo, un sustrato que sirve para enriquecer la tierra con materia orgánica, y el riego previo para que la pelota circulase con más celeridad. El entrenador es el que decide si los aspersores deben ponerse o no en funcionamiento, siguiendo en ocasiones el consejo de los capitanes.

Desde aquel partido contra la Ponferradina, el césped de Zorrilla se ha preservado. Las sesiones a puerta cerrada se han trasladado a los castigados Campos Anexos mientras la hierba del estadio ha recibido nuevos tratamientos. «Ahora está muy bien», apunta Jesús Navarro, el jefe de instalaciones del Real Valladolid.

Navarro, un tipo que se desvive por el buen estado del césped, explica las diferencias entre la superficie de Zorrilla (ya recuperada) y la de los Campos Anexos (en mal estado y muy mejorable). «El drenaje de los Anexos está fastidiado. Este entrenador trabaja allí casi todos los días, no nos deja respirar mucho y no podemos hacer más en estos momentos. El césped del estadio ya lo tenemos».

Los Campos Anexos, principal lugar de trabajo del Real Valladolid, quedan sometidos a un uso intensivo por parte de Miguel Ángel Portugal y su cuerpo técnico. Si el estadio puede reservarse durante un par de semanas para aplicar diferentes tratamientos de mejora, no sucede lo mismo en la superficie de trabajo de hierba natural, que se utiliza de media unos cinco días a la semana.

El invierno lluvioso ha causado más problemas de los habituales en estas fechas. ¿Soluciones? «La solución es que pase en seguida el invierno y que nos dejen trabajar allí. Yo no abogo por cambiar ninguno de los dos terrenos [Anexos y estadio]. Cuando venga el buen tiempo, resembraremos y haremos lo que hacemos todo los años», apunta Jesús Navarro.

En cambio, el responsable de instalaciones se muestra orgulloso de la recuperación del césped de Zorrilla, donde el Real Valladolid recibirá este domingo al CD Numancia. Navarro abre las puertas del estadio a la prensa para explicar sobre el terreno los tratamientos aplicados. Lo primero que llama la atención es la capa de arena sobre buena parte de la superficie de juego, una imagen que ya se vio en el partido ante la Ponferradina, especialmente en la banda más cercana a los banquillos. Esta arena fina, de sílice, compacta el terreno y facilita que el abono (aplicado el pasado sábado) haga efecto más rápidamente. El agua permite que la arena se filtre y desaparezca, y por eso a Navarro le gustaría que lloviese antes del sábado. El hielo y la nieve, en cambio, no resultarán beneficiosos.

Si la hierba del estadio ha mejorado, el césped de los Anexos sigue sometido a las inclemencias de la meteorología y del inevitable trabajo diario. Las huellas de los entrenamientos se van acumulando, pero Miguel Ángel Portugal no se plantea entrenar en otros campos cercanos, como hizo Juan Ignacio Martínez en el invierno de 2014, cuando la plantilla se exilió temporalmente en Zaratán. «Al entrenador no le gusta salir de aquí», confirma Jesús Navarro.

Copa del Rey de rugby

El responsable de instalaciones del Real Valladolid puede encontrarse con otro problemas el 17 de abril, si la final de la Copa del Rey de rugby se disputa en Zorrilla al día siguiente del encuentro entre el Real Valladolid y el Real Zaragoza. La gran amenaza entonces será el agua. «Todo dependerá de que llueva o no llueva. Si lo hace, nos pueden dar la vuelta al campo. Y también afectarán los tacos que traigan los jugadores de rugby. Si son largos, del 18, fíjate lo que pueden hacer en el césped. Pero, como dice el director general [Jorge Santiago], estamos para lo que quiera Valladolid. Yo pienso lo mismo que con los conciertos: cada cosa es para cada cosa, pero si hay que hacerlo se hace. ¿Dos partidos en dos días?Para eso estamos los empleados, para quitar la huella y hacer lo que tenemos que hacer. Lo único que pido es que no llueva. Sobre todo, que no llueva».