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Fernando Bravo
Sábado, 13 de febrero 2016, 19:42
El 0-1 de San Mamés, ante un Bilbao Athletic del que se esperaba una suerte de reacción tras haber logrado la jornada anterior su primera victoria a domicilio, frente al Mallorca, resultó ser un magro resultado a la vista del fútbol desarrollado sobre el ... campo bilbaino. Con los cuatro refuerzos de invierno sobre el terreno de juego -el lateral izquierdo Nikos, que sustituyó a Hermoso; el mediocentro Borja, que cubrió la baja de Álvaro Rubio, y los delanteros Rennella y Roger, en sustitución del lesionado Óscar y de Rodri, el Real Valladolid resucitó el juego que negó a su afición el pasado sábado en Zorrilla, frente a la Ponferradina: Controló todas las líneas y al finalizar la primera parte ya iba con un gol de ventaja, a la postre el único del encuentro, y había rematado nueve veces, tres de ellas a puerta.
Con un Roger ambicioso y, sobre todo, capaz, que empañó su primer gol de la temporada con el Real Valladolid con una niñería compartida con Mojica: alguien desde la banda les dejó sendas máscaras de carnaval con las que ocultaron sus rostros por unos segundos, razón por la que Pizarro Gómez, en aplicación del reglamento, les mostró dos tarjetas amarillas. Una situación peligrosa porque en la segunda parte el los doscentrales y los dos mediocentros ya estaban amonestados. También el extremo y en punta y el Pucela ya ha sufrido mucho en ocasiones por esa situación. El madrileño PIzarro Gómez debió de tenerlo en cuenta porque no se cebó con los sancionados, y el encuentro terminó con 22 jugadores sobre el terreno de juego.
Lesiones
Si las amonestaciones no causaron bajas, si lo hicieron las lesiones. Primero fue en el Bilbao Arhletic. Undabarrena se dolió en un choque con un jugador pucelano y forzó su sustitución, la tercera local, a los cinco minutos de la segunda parte.
A falta de 10 minutos, un mal gesto de Moyano le obligó a abandonar el terreno de juego y fue sustituido por el otro lateral derecho, Chica, que tuvo tiempo de demostrar su solvencia en la banda derecha.
Pero lo más destacable del Valladolid, ayer, además de la escasa renta que saca a su superioridad y al fútbol que ayer si dejó ver en muchas ocasiones, fue el entendimiento de sus hombres ofensivos. Roger, Villar, Rennella y Mojica trenzaron muy buenas jugadas, desbordando a la defensa local, con detalles e calidad. Roger hizo olvidarla impotencia de los delanteros locales en anteriores encuentros, aunque la renta fue escasa. Pero los aproximadamente cuatrocientos aficionados pucelanos que se desplazaron a Bilbao y que mandaron en las gradas de San Mamés, vieron justificado el desplazamiento: por la victoria y por los buenos momentos de juego del Pucela. Un equipo que, tras la primera media hora se hizo con el mando del juego hasta que, a falta de doce minutos para el final, se encerraron en su área y se dedicaron a achicar balones ante la ofensiva local, que no se resignaba a perder en su casa.
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