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Fernando Bravo
Sábado, 6 de febrero 2016, 20:36
En la última visita de la Ponferradina a Zorrilla, que se saldó con idéntico resultado (0-0), los bercianos arrastraron a unos trescientos aficionados, que llegaron en dos autobuses y decenas de coches particulares. Se estimó que casi trescientas almas apoyaron a los jugadores entrenados entonces por Manolo Díaz. Ayer, una hora antes de iniciarse el encuentro, la portavoz de las peñas de la Ponferradina, Carmen de la Puente, reconocía, rodeada de unos pocos peñistas, que no lograron sumar suficientes seguidores para fletar siquiera un autobús. Apenas unas decenas de aficionados merodeaban por el entorno de Zorrilla y, en el Bar Rovi de Delicias, donde la Federación de Peñas de Valladolid había agasajado a los bercianos, apenas se reunieron 25 personas. Veinte de ellas, peñistas pucelanos.
Desde montaje de Villamuriel
Como es habitual, los emigrantes suman siempre un pequeño contingente de apoyo a los foráneos. En esta ocasión fueron un grupo de bercianos que trabajan en las plantas de Renault en Villamuriel. Víctor, Néstor, Rubén y Jimmy, convenientemente disfrazados, decidieron prolongar su particular fiesta de Carnaval en Zorrilla para apoyar a su equipo. Calentaron en el bar de los Anexos a la sombra de un Alejandro de dos metros largos y de un sexto punto ponferadino: Luis Suárez, de quien sus amigos dijeron que el bueno era él; «el futbolista es solo el más conocido».
El grupo, que destacó por sus disfraces, fue uno de los focos de atención previos al partido aunque no consiguieron hacerse notar en un campo que, no obstante, registro una entrada paupérrima: 8.305 aficionados, de los que solo unas decenas eran ponferradinos.
El segundo entrenador de la Ponferradina, sin embargo, le dio más valor al disgusto de la afición local con sus jugadores para lograr el empate fuera que al pobre apoyo berciano. «El público se impacientaba con sus jugadores y eso les hacía dudar y nos vino bien» vino a decir Rubén Vega.
Mejor que Díaz
Al finalizar el encuentro, algunos seguidores de la 'Ponfe' esperaron a los jugadores a la salida del estadio para felicitarlos por lo que parecía una victoria, tras la amarga semana que han vivido -despido de Manolo Díaz como entrenador, lesiones y todo en el curso de una trayectoria errática-. Fotografías, ánimo y algunas conclusiones. «Rubén Vega -segundo entrenador que ejerció de primero junto a Tomás Nistal, director deportivo- es mejor que Manolo Díaz». No lo dudaban algunos de los aficionados a los que no les importó pasar frío ante el autobús al que subían los jugadores.
Mientras, Dani, de Domino's Pizza, subía la cena a los bercianos . «Treinta pizzas en total». Una cena habitual que se digiere mejor cuando has conseguido un punto a domicilio, ante un presunto aspirante a Primera.
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