Real Valladolid

Anulados por el dibujo

El Real Valladolid se empecina en jugar con dos delanteros, pero ni logra marcar ni recuperar la fluidez

Eloy de la Pisa

Sábado, 6 de febrero 2016, 19:05

El Real Valladolid sumó un insuficiente punto ante la Ponferradina en un encuentro francamente flojo de los de Portugal. Los bercianos fueron inferiores, cierto, pero porque quisieron serlo. El equipo de Miguel Ángel Portugal se mostró incapaz de generar juego, y solo unas pinceladas en las postrimerías del encuentro animaron a una afición que se fue enfadada por el juego del equipo. Hace quince días el Valladolid puso en pie a sus seguidores; este sábado les hundió en las sillas. Hoy los pucelanos mostraron la cara menos buena. Y menos mal que Kepa sacó dos balones en los 10 minutos finales que iban dentro

Publicidad

La primera parte fue francamente aburrida. La Ponferradina, acuciada por la clasificación llegó a Zorrilla dispuesta a atrincherarse, ordenadamente, y sacar a la luz las carencias del Pucela. Y las sacó, claro. Sin alguien que armara el juego con sentido desde atrás, con Rennella flotando, Rodri impreciso, Del Moral perdido en la banda, Mojica intrascendente, Tiba voluntarioso y Leao trabajador, el Valladolid vivió la primera mitad de la inocencia berciana. Juanpe y Silva no sufireron; Moyano, tampoco, y Hermoso solo lo pasaba mal cuando se equivocaba, que era bastante a menudo. Con todo, un par de despistes crearon alguna inquietud a Kepa. Cosa de poco, empero.

Algo había que cambiar en la segunda parte. Parecía evidente. Pero Portugal no participaba de esa sensación. El burgalés no quiso cambiar el dibujo, pese a que era claro que al Pucela le faltaba juego por fuera y un media punta que enlazara. Y se empecinó en dos delanteros muy parecidos -Roger y Rodri- y solo al final metió a Borja para dar algo más de carácter al centro del campo por un Tiba más acertado que otros días.

La sombra de Álvaro Rubio sobrevoló todo el tiempo sobre el césped, pero nadie fue capaz de efectuar su papel en el equipo. Solo al final, conforme las fuerzas les fallaban a los bercianos se vio algo más en los locales. Poco cosa, empero. Y pocos argumentos, sobre todo, los que se pusieron sobre el trémulo césped de Zorrilla para ganar el partido.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad