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Arturo Posada
Viernes, 27 de noviembre 2015, 16:04
El Real Valladolid no ha pasado, por el momento, la prueba del nueve. Si en las matemáticas anteriores a la era de las calculadora este artificio servía para verificar el resultado de operaciones aritméticas como la multiplicación o la división («el resto de dividir un ... número por nueve es el mismo que el de dividir también por nueve la suma de sus cifras», según la definición que recoge la Real Academia Española), en el equipo blanquivioleta hace referencia al poco impacto ofensivo que tiene su delantero centro, el nueve en la nomenclatura futbolística.
Los números dictan su verdad. Rodri Ríos, el nueve titular del Real Valladolid solo ha marcado tres goles en 961 minutos. La división resulta clara: logra un tanto cada 320 minutos, una media bajísima. Pero no se trata solo de falta de puntería o de sequía goleadora. Rodri tampoco se distingue por bombardeos continuos y solo logra efectuar un disparo cada 96 minutos (diez remates totales). Las cifras palidecen cuando se trata de disparos a puerta: solo cinco han puesto a prueba a los guardametas rivales, lo que arroja una media de un tiro a portería cada 192 minutos (más de dos partidos completos).
Sin embargo, tanto Gaizka Garitano como su sucesor, Miguel Ángel Portugal, han valorado otros aspectos de Rodri, como el inicio de la presión sobre los centrales o el desgaste que ejerce sobre las defensas rivales.
A Diego Rubio, otro nueve, se le considera un rematador puro. El Real Valladolid apostó fuertemente por el chileno el pasado verano y le contrató por cuatro temporadas. Diego Rubio es el futbolista del primer equipo menos utilizado hasta la fecha, a excepción de Erick Moreno (otro delantero centro, lesionado desde el 14 de octubre). Solo ha jugado 122 minutos, en los que ha efectuado dos remates (ninguno a puerta). Aunque la muestra es muy pequeña, los números señalan que Diego Rubio ha intentado un disparo cada 61 minutos sobre el campo.
Rubio ha soñado con la titularidad durante muchas fases de la temporada, pero, una y otra vez, se le ha negado. Solo apareció en el once en Copa del Rey ante el Real Oviedo, en un esquema 4-4-2 junto a Rodri Ríos.
La baja del nueve titular por sanción concede ahora al chileno una gran oportunidad este domingo en Lugo (Ángel Carro, 12:00 horas). Miguel Ángel Portugal ha trabajado esta semana con Diego Rubio como posible punta titular y el propio técnico ha reconocido en conversaciones fuera de micrófono que le concederá un lugar en el alineación.
«Vamos a ver, vamos a esperar al domingo», apunta el futbolista chileno, con la cautela habitual en este tipo de situaciones.
Pero Rubio sabe que Lugo puede servir como escenario para pregonar sus cualidades y como reivindicación personal. «Obviamente. Si me llega a tocar, será la oportunidad por la que llevo trabajando y tengo que saber aprovecharla. Espero estar a la altura de lo que quiere el equipo. Será un partido difícil, fuera de casa. Voy a jugar para ganarme un puesto».
Diego Rubio no se conforma con su falta de minutos, pero tampoco se le ve nervioso ni enfadado por la situación. Hijo de futbolista (Hugo Pájaro Rubio), sabe desde pequeño los vaivenes que sufren los profesionales de este deporte.
«Uno siempre espera jugar más», concede. «Lo he dicho millones de veces:todos los futbolistas quieren participar siempre. Pero las decisiones del míster se tienen que respetar. Uno debe seguir trabajando para sacar provecho del momento cuando le toque. Vengo de una familia de futbolistas, que me enseñó siempre a seguir luchando y a estar con muchas ganas para afrontar lo que venga»
Preguntado ayer por una posible cesión en el mercado de invierno si continúa sin minutos, Rubio recordó:«Creo que no se puede, al haber jugado esta campaña en dos equipos». El delantero disputó cinco partidos de competición con el filial del Sporting de Lisboa antes de fichar por el Real Valladolid el 31 de agosto.
El chileno entiende que a un delantero centro «se le pide que marque tantos y que juegue dentro del área». «Yo no voy a hablar de carencias. Eso es cuestión del míster. Yo solo quiero ayudar al equipo, si es que me toca, haciendo goles o de otra forma».
Si Miguel Ángel Portugal mantiene sus planes, Lugo se convertirá en la particular prueba del nueve para Diego Rubio. «Los compañeros me ayudan mucho, eso me tranquiliza y me da la suficiente confianza para entrar y hacerlo bien. Ya jugué como titular ante el Oviedo y me sentí bien. Ahora, espero no tener ansiedad».
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