Los héroes del 3-8

Es el partido con más penaltis pitados de la historia del fútbol nacional. Japón Sevilla, árbitro del choque se vino arriba que dicen ahora. También es la mayor goleada en la historia del Real Valladolid. 3-8 fue el resultado de aquella tarde de fútbol en el viejo Carlos Tartiere un día en el que los blanquivioletas se jugaban el pellejo para continuar una temporada más en la máxima categoría del balompié patrio.

El club de los goleadores elevados a la quinta potencia , que últimamente ha engordado su lista de invitados con la llegada de Cristiano Ronaldo, Lewandowski o Sergio Agüero (Messi también hizo cinco hace algunos años al Leverkusen en Champions), tiene desde hace muchos años un miembro de excepción. Un delantero que jugaba en el Real Valladolid a las mil maravillas.

Leyenda viva croata

Alen Peternac, ariete croata de los pucelanos, se convirtió en historia viva de la entidad aquella tarde al anotar cinco goles. Es el único futbolista que lo ha conseguido en Primera División con la camiseta del Real Valladolid. Cuatro de ellos los metió desde el punto de penalti. Puede parecer sencillo pero meter cuatro penaltis en el mismo partido, sin duda, conlleva su dificultad. Si no que se lo cuenten a Martín Palermo que falló tres el mismo día. Unos por este lado, otros por el otro, por el centro, ¿qué hará el portero? La psicología del tirador frente al guardameta. Peternac lanzó a la derecha, a la izquierda, a colocar en la escuadra, a romper por el centroy Mora, que era el portero ovetense en ese partido no logró atajar ninguno de sus lanzamientos.

Mucha culpa de este logro del delantero balcánico la tiene el pequeño punta que le acompañaba ese día, Raúl Ibáñez. Un ratón del área sobre el que los defensas azulones cometieron 3 de las 4 penas máximas que se señalaron a favor de los pucelanos. Él, es otro de los héroes de aquel partido.

Además de los cinco tantos que consiguió Peternac, el Real Valladolid hizo otros tres. José María Mami Quevedo , logró un hat-trick que está guardado a fuego en la memoria de los hinchas blanquivioletas. Quevedo era un llegador. Puro y duro, con extrema facilidad para el remate, de esos jugadores pillos dentro del área, no exento de clase. Sus goles aquel día así lo demuestran. El primero aprovechando el rechace del portero tras un disparo lejano, el segundo rematando un preciso envío al corazón del área y el tercero colocando una excelsa vaselina inalcanzable para Mora.

Nuevos retos, mismo vicio

Peternac abandonó el Real Valladolid tras cinco temporadas en las que se convirtió en el máximo goleador de la historia del club en Primera División. Posiblemente irse a marcar goles, o al menos intentarlo, lejos del estadio José Zorrilla, no fue su más acertada decisión. Pocos marcó en Zaragoza, aunque llegó a vestir la arlequinada croata en tres ocasiones, menos en Murcia y en su vuelta a La Romareda, las lesiones y los disgustos futbolísticos le obligaron a colgar las botas. No quiso alejarse de este mundillo y se unió con el afamado representante Zoran Vekic, para el que trabaja actualmente a caballo entre Madrid y Belgrado.

Por su parte, Mami Quevedo, casi más conocido por su matrimonio con la televisiva Cristina Tárrega que por su carrera deportiva,tras unas buenas temporadas en el Rayo Vallecano, se armó de papel y boli para sacar el título de entrenador y actualmente continúa vinculado al deporte rey haciendo las labores de segundo entrenador, en el conjunto chino del Beijing Guoan, donde ayuda a Gregorio Manzano, otro viejo conocido.

Nunca está de más acordarse de los que fueron los héroes de la infancia de uno y para muchos jóvenes de los que hoy van a Zorrilla cada quince días, ellos lo fueron.