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sergio sanz
Sábado, 1 de agosto 2015, 07:24
Rubén Albés Sánchez (Vigo, 24-2-1985) es un entrenador joven, pero la edad no nunca le ha importado. Ya está al frente del Promesas, que afrontará un nuevo curso en Segunda B y ha aterrizado en la capital del Pisuerga con ganas de seguir ... creciendo en los banquillos. Pese a sus 30 años, tuvo la fortuna de vivir una experiencia en el fútbol marroquí, como segundo de Benito Floro en el Wydad. La temporada pasada sufrió una sanción de tres meses de suspensión en el Eldense, ya que Fran Yeste, quien formaba parte del cuerpo técnico, no contaba con el título de entrenador. Ahora quiere olvidar todo lo malo y afronta el reto en los Anexos cargado de ilusión.
Es uno de los entrenadores más jóvenes...
Me apasiona entrenar. Lo importante es lo que transmitas a los futbolistas, entrenar bien y trabajar con un buen grupo. La edad queda un poco al margen.
Tuvo que salir de su tierra para empezar su carrera.
Prácticamente, en todas las profesiones el ser valiente, arriesgarte, salir de tu propia casa son experiencias que te hacen crecer como persona. Es imposible ser buen entrenador sin ser buena persona. Y, además, ves otros métodos de trabajo, lo que es enriquecedor para cualquier técnico.
¿Cómo fue la experiencia en el Wydad?
Tremenda, por el hecho del cambio de cultura, convivir con una religión diferente, estar en un continente completamente distinto. Que una persona como Benito Floro apostara por mí fue un aprendizaje enorme.
Después, regresó a España para ir al Novelda y la temporada pasada tuvo un curso complicado en el Eldense.
Fue un año convulso, pero quiero quedarme con que es un equipo al que quiero mucho y conseguimos salvarnos. Los futbolistas estuvieron sensacionales. Era importante para la ciudad y ambos se han unido más.
¿Cómo llevó la sanción?
La situación fue compleja. Firmé como segundo entrenador y después nos enteramos de que Fran (Yeste) no tenía el título. A partir de ahí se generó una problemática con todo el tema Zidane que yo prefiero olvidar porque fue un tiempo en el que lo pasé bastante mal.
Tras todo ello llegó a Valladolid.
Sí. La dirección deportiva llamó a mi representante y nos reunimos. Creo que compartimos visiones futbolísticas y maneras de trabajar. Ha habido un entendimiento muy rápido. Era un sitio ilusionante, una oportunidad sensacional para seguir creciendo y mejorando.
¿Qué referencias tenía de aquí?
Muy buenas. Compañeros y jugadores que he entrenado me han hablado bien. En los últimos tiempos se ha mejorado muchísimo a nivel organizativo y de estructura. Creo que se están haciendo las cosas con criterio y coherencia.
¿Pudo seguir al Promesas?
Se produjo todo al final, no es algo que estuviera preestablecido. Estaba muy centrado en la salvación del Eldense. Sí que es cierto que cuando conozco que voy a entrenar aquí, Cata me facilita todo el material de partidos. He visto ocho o nueve, sobre todo en los que más presencia tuvieron los jugadores que siguen. También para manejar todos los goles a favor y en contra para analizar las fortalezas y debilidades.
Motivación de la cantera
¿En qué estado se encuentra la confección de la plantilla?
Hay muchos futbolistas entrenando con el primer equipo y eso es señal de que hay gente interesante. Tenemos una gran cantidad de jugadores del Juvenil que debemos seguir conociendo. Veremos cuáles se quedan en la plantilla.
¿Cómo le podría afectar en los entrenamientos que algunos jugadores subieran con el primer equipo?
Es una parte positiva que los jugadores tengan la motivación e ilusión de estar en la primera plantilla porque sería un éxito para la cantera. Evidentemente, tendremos algunas limitaciones durante el año, pero con Gaizka hay un gran feeling y sé que nos vamos a poner todas la facilidades para que podamos disponer de los futbolistas uno o dos días cuando no vayan convocados con la primera plantilla para matizar planes de partidos.
En un filial, los entrenadores también tienen que ser educadores.
Los futbolistas jóvenes no están construidos aún. Pueden adquirir muchos conceptos porque se encuentran en una etapa de formación. Un filial lo que debe buscar es ganar y competir bien, aunque también tiene que formar y alcanzar un fútbol estético que permita seguir mejorando.
Objetivos de la temporada
Albés admira a Álvaro Rubio. Quizá con alguien como él alcanzar los objetivos sería más sencillo.
Rubén de la Barrera ha dejado el listón alto.
Hizo una temporada magnífica. Son años diferentes y los filiales cambian mucho. La comparación nunca es buena, pero debemos intentar ganar partidos y ser estéticos para tener un buen puesto en la clasificación.
¿Qué objetivos se marca para esta campaña?
Que el primer equipo esté apoyado en todo momento por jugadores del filial. Por otro lado, conseguir la permanencia y, a partir de ahí, estar lo más arriba posible. Debemos ser ambiciosos. Si podemos quedar octavos, no vamos a terminar décimos. La competitividad es clave.
La ilusión de Álvaro Rubio crece año a año.
Su caso es muy interesante porque cualquier joven que se acerque a él se empapará de cosas buenas. Ojalá en el filial pudiéramos tener dos o tres jugadores de ese perfil porque ayudan al futbolista a crecer, tanto deportivamente, como en otros valores: el sacrificio, la cultura y el esfuerzo.
¿Qué considera lo más importante en el mundo del fútbol?
Tener buena cabeza. Han llegado futbolistas con buen físico, técnicamente muy dotados... Pero la mayor parte de los que llegan es porque combinan las dos cosas y a nivel mental saben sacar rendimiento a sus cualidades. Además, son los que hacen que las situaciones adversas duren lo menos posible. Siempre digo que lo más importante en un partido es hacer que las malas dinámicas duren poco y las buenas se alarguen.
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