Kike Sola, a un paso del Valladolid

Las horas de Kike Sola (Cascante, Navarra, 28 años) en el Athletic están contadas. El delantero y el Athletic tienen muy cercano un trato con el Real Valladolid, según ha podido saber El Correo. Los clubes esperan anunciar el acuerdo en breve. Se negocia desde hace días y sólo quedan por ultimar algunos detalles. El navarro es una petición expresa del entrenador del club blanquivioleta, Rubi, que quiere un punta de envergadura para reforzar sus aspiraciones de subir a Primera.

Sola confiaba con encontrar un equipo de la máxima categoría en el mercado invernal, pero ninguno de los tres posibles destinos que había sondeado (Deportivo, Granada y Elche) han cuajado. Finalmente, ha aceptado ir a Segunda A. Las fuentes consultadas por este periódico indican que el club que con mayor persistencia ha pedido su cesión es el Valladolid. Lo hizo en agosto y ha vuelto a la carga ahora. Los vallisoletanos, eso sí, apremian para hacer la operación. Han avisado al Athletic de que tienen otro 9 en cartera si el trato no se cierra rápido. El atacante no quiere esperar más y acepta ir a Zorrilla.

El navarro ha decidido irse. Cuando el pasado agosto, Ernesto Valverde se dirigió a él para comunicarle que no contaba y que podía ir cedido, su respuesta fue quedarse a apurar sus opciones. Cinco meses después, el entrenador sigue en las mismas. Sólo le ha hecho jugar en dos ocasiones (13 minutos ante el Valencia y 22 ante el Córdoba).

Hace apenas un par de meses, Kike Sola todavía insistía en quedarse. La irrupción de Williams y la constatación de que Valverde prefiere al canterano que a él como recambio ante la lesión de Guillermo le ha hecho cambiar de parecer. Unas pocas semanas atrás, el atacante comunicó que si llegaba una oferta interesante, la estudiaría.

Valverde le volvió a enviar un nuevo mensaje al no incluirle en la lista de 21 convocados para la gira de inicio de año por Galicia (Deportivo y Celta) y no contar con él en la vuelta copera ante los celestes pese al 2-4 de la ida.

Sola es el segundo fichaje más caro de la era Urrutia. Se pagó por él a Osasuna 4,3 millones de euros y tiene una ficha cercana a los 800.000 euros netos anuales. El delantero apenas ha contado. Sólo suma 11 partidos. La pasada campaña fue frenado por las lesiones. Apenas jugó 9 con un gol anotado (en el 1-5 en Pamplona). En ésta, el entrenador le ha apartado desde el primer instante.

Sola quiere reivindicarse fuera para regresar la próxima campaña, muy probablemente con un nuevo entrenador. Le quedan tres años más de contrato. Urrutia defiende la operación, que entre traspaso, ficha e impuestos se acerca a los 10 millones de euros. «Ni mucho menos fue un fallo. Tuvimos que tomar decisiones y las tomamos. El fichaje fue un acierto», indicó el presidente el pasado mes de septiembre.