A. P.
Domingo, 28 de septiembre 2014, 12:08
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El Real Valladolid B respondió en el estadio José Zorrilla ante el Real Oviedo, al que ganó por 4-3 en un partido lleno de goles e incertidumbre. El filial blanquivioleta dejó escapar dos ventajas (aunque nunca fue por debajo en el marcador) y acabó ... imponiéndose en la ruleta rusa final.
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El Oviedo comenzó mandando en el choque, al menos en lo que a la posesión se refiere. El Promesas, mientras, se refugió en su campo. Con problemas iniciales en la circulación, el filial blanquivioleta trató de mantener el tipo en defensa. El Oviedo llevaba la batuta, pero sin inquietar a Julio. Cuando el Real Valladolid B se sacudió los nervios, llegó el golazo de Brian tras una galopada de Ángel que dejó un balón suelto que aprovechó el lateral izquierdo de manera magistral. El 1-0 animó al conjunto de Rubén de la Barrera. La defensa del Oviedo se volvió líquida y permitió que Guille Andrés se acomodase el balón y disparase a placer en el 2-0 en el minuto 29, en otro tanto para enmarcar.
El técnico del Oviedo, Sergio Egea, introdujo dos cambios: uno por obligación (Dani Bautista se retiró lesionado y entró Eneko) y otro para alterar de manera decisiva el desarrollo de la primera parte. Sacó a Omgba del césped, retrasó a Héctor Font al centro del campo y dio entrada a Diego Cervero como segundo punta. Los cambios rompieron al Promesas. Linares redujo distancias en el minuto 37 y Cervero equilibró el marcador en el 44. En dos zarpazos, el Oviedo devolvió el partido a la casilla de salida.
Rubén de la Barrera también movió la pizarra para dar entrada a un tercer central, Fran No, que se ubicó ligeramente por delante de la linea defensiva. El técnico del Promesas sacrificó a Mario y perdió consistencia en el centro del campo. El Oviedo asedió la portería de Julio con oleadas continuas. Sergio García estuvo a punto de lograr el tercero para el cuadro carbayón, pero Ramiro metió la bota providencialmente. El Oviedo empezó a dejar espacios y Rubén de la Barrera apostó por dar más aire al ataque. Dani Vega marcó el tercer golazo del Promesas en cuatro minutos tras salir desde el banquillo y dejó tiritando al conjunto asturiano. Pero aún había espacio para más tantos. Señé, que acababa de entrar en el Oviedo, marcó el 3-3 de cabeza y cuando todo apuntaba a las tablas, el blanquivioleta Ayub, también recién ingresado al césped, ofreció una gran asistencia para que Toni lograse el 4-3 final y diese el triunfo al Real Valladolid B ante uno de los conjuntos más potentes de la categoría.
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