Sin nervios, por favor

Lo que ya no será una circunstancia es el puesto que ocupemos al final de la temporada ni, por supuesto, si continuamos o no en la Primera División. Y el partido de hoy tampoco va a ser decisivo en eso. Ni el del sábado, ni el del viernes siguiente.

Pero es cierto que el Valladolid tiene demasiados frentes abiertos cuando queda poco tiempo para que se solventen. Y el delantero o delanteros que han de sumarse a Chris Ramos es el que más preocupa. De manera innecesaria, diría yo. Decía Delibes que si el cielo de Castilla está alto será porque los agricultores lo elevan de tanto mirar hacia él. Somos gente desconfiada, a la que la historia ha hecho pesimista y resabiada, y rara vez somos capaces de confiar. Y eso nos vuelve injustos. En general, claro, que siempre hay excepciones. Dudar de que Miguel Ángel Gómez no forme una plantilla competitiva este año, visto lo que logró la pasada temporada, es un desafuero, es anteponer la orejera del cortoplacismo a la mirada que nace del catalejo.

El frente de la delantera no debería peocupar. Ya hay un delantero a punto de firmar y otro que, si nada se tuerce, lo hará el domingo o el lunes. Como el del central. La clave está en que no se cruce ningún equipo italiano, cuyo mercado cierra hoy.

De todas formas, ¿tanto pedir cantera, tanto reclamar que se mire a los Anexos y ahora nos ponemos nervisosos porque no hay fichajes? A veces somo muy poquito coherentes.