Cuando el verano desaparece en el horizonte y el otoño va restando grados al termómetro, el armario cambia de aspecto. La ropa ligera cede su sitio a los abrigos y prendas más gruesas. Es el mecanismo habitual para escenificar que llega lo duro. Al Real ... Valladolid el cambio de estación se le ha anticipado una semana, justo tras el parón por los partidos de la selección española.
Sergio tiene que mudar el guardarropa y bucear en su vestuario para renovar su outfit antes de que la monotonía le entierre en el sótano de la tabla. Seguramente, el subsuelo debería ser su sitio natural durante todo el año, pero el Pucela ha demostrado que puede aspirar a una vida mejor si el técnico consigue abrir el abanico.
Está bien que el entrenador blanquivioleta inyecte continuidad y confianza a sus futbolistas, pero la derrota ante el Levante y el empate en casa ante el Osasuna demuestran que la rutina ha hecho mella en el once. Alcaraz y Sandro deben recuperar su estatus y en la retaguardia aparecieron debilidades que parecían abolidas. Defensas que siguen con la mirada al delantero y centrocampistas que se ahogan en la transición entregaron el juego y las ocasiones al cuadro navarro. Es tiempo de ver a Toni, probar a De Frutos, dar continuidad a Hervías y comprobar si Javi Sánchez vale o no, por ejemplo. Sergio no es muy partidario de revoluciones, pero las señales que emitió el Pucela en su estadio despertaron fantasmas que, con la inercia de la salvación y los cuatro puntos de las dos primeras jornadas, parecían arrinconados.
Las limitaciones económicas de la entidad castellana impidieron la contratación de un mediocentro ofensivo antes del cierre del mercado. El choque del domingo ratificó los problemas que tiene el Pucela para generar fútbol cuando Míchel no consigue liberarse de la marca o, simplemente, no tiene su día. La dirección deportiva asumió con resignación el riesgo y el primer partido en Zorrilla ya ha demostrado que cuando la bombilla se apaga en la medular, el efecto dominó se extiende a todas las líneas.
Aún es pronto para pulsar alarmas, pero hay señales que invitan a mover el árbol para recuperar la chispa. Sergio ha demostrado que sabe cómo hacerlo. Por eso, yo estoy muy tranquilo y sé que el técnico va a recuperar la mejor versión de cada uno de sus futbolistas. Eso sí, es conveniente que vaya haciendo acopio de nuevas prendas para que el otoño no le sorprenda en traje de baño, que luego llegan las tiritonas.
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