Ya lo decía Luis Aragonés. «Ganar, ganar y ganar. Y después ganar y ganar y ganar». Nacho no fue este lunes tan vehemente como lo era el de Hortaleza, pero el mensaje vino a ser el mismo. El Real Valladolid tiene que ganar partidos. ... Como sea. Unas veces será más brillante y otras menos, pero eso es secundario porque de lo que se trata es de sumar de tres en tres la mayor cantidad de veces posible. «Sabemos que en esta categoría hay que ganar muchos partidos. Unas veces será jugando bien, otras será por oficio, como en Leganés».
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La estadística reza que para ascender de manera directa es necesario sumar 84 puntos como mínimo. Eso implica que la media debe ser de dos puntos por partido. El Real Valladolid tiene quince en diez encuentros, por lo que está lejos de la media aún. Eso sí, hace una semana estaba más lejos aún Así que, desde ese punto de vista, el argumento de Nacho es incuestionable.
La tozudez de la estadística se ve en otro asunto. Hasta ahora el Pucela tenía mucho control, pero poca pegada. Eso se rompió en Leganés. Y fue uno de los aspectos destacados por Nacho como argumento que explica la mejora del equipo en el encuentro de este domingo. Golpear en el momento adecuado acaba siendo, en la Segunda española, un factor muy determinante. «Hay que brillar más, porque no siempre vas a poder ganar solo con el oficio, pero el día que no brillas tienes que ponerlo todo para que el oficio y la experiencia te den los puntos», insistía el lateral izquierdo
En este aspecto, indicaba Javier Yepes en su análisis del partido que la mejora del juego no termina de verse acompañada por detalles que podrían convertir al Pucela en un equipo temible. Y entre ellos, y lo indicó varias veces el entrenador del Betis de Valladolid durante la retransmisión en directo del encuentro a través de esta página web, está el lograr que los dos delanteros no se vayan al primer palo cuando se producen centros laterales. La primera vez que se coordinaron en Butarque Weissman y Sergio León, el segundo anotó el primer gol del partido. Nacho afirma que «se trabaja ese aspecto, claro que se trabaja. Entrenamos mucho el centro y remate porque es una de las virtudes de este equipo». Esa descoordinación reiterada, entonces, ¿a qué es debido? «El juego tiene sus momentos, en los que el delantero tiene que decidir qué hacer. en milisegundos». El problema tampoco parece preocupar a Nacho, uno de los jugadores que más centra del equipo, que vino a dar a entender que ya se irán entendiendo Weissman y León.
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De dos cosas está seguro el capitán blanquivioleta. Y lo dijo claramente. Que el equipo no se va a dejar llevar por la euforia de haber ganado en un campo difícil como a buen seguro acabará siendo Butarque por muy mal que esté en estos momentos el Leganés, y que es necesario ganar muchos partidos para poder ascender de manera directa o en la promoción.
Desconfiar del Ibiza
El miércoles, 19:00, el Real Valladolid recibe al Ibiza en la jornada 11. Un partido peligroso. Los baleares llegan en un mal momento, con tres derrotas consecutivas, lo que por estadística implica que en algún momento han de empezar a dejar de perder. Más allá de los números, Nacho abogó por afrontar el partido con la confianza que da acumular cuatro partidos seguidos puntuando, pero sin relajarse lo más mínimo, sin perder la humildad. «Hay que amarrar los partidos de casa», concluyó.
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