Moro, a lo Baena, en el Real Valladolid

Raúl Moro está impaciente por reaparecer con sus compañeros. El jugador blanquivioleta, que sufrió una lesión en la clavícula de su brazo derecho, por la que tuvo que ser intervenido, ya ha entrenado este viernes en los Anexos.

Las expectativas con el extremo catalán, era que después de lesionarse en el encuentro con el RCD Espanyol el pasado 17 de enero, estuviera «entre dos y tres meses de baja». Sin embargo, el futbolista está dispuesto a acortar los plazos. El atacante internacional «tiene la mente en ayudar al equipo cuanto antes», valoran desde el vestuario blanquivioleta, que agradece que Moro esté presente.

De hecho, la sorpresa se ha dado este viernes cuando el '11' ha saltado al césped a entrenar, eso sí, por separado y con trabajo específico. El catalán mantiene una hoja de ruta pautada, aunque trata de acortar todos los plazos para recuperarse de esa fractura en la clavícula que le llevó a ser operado en la Clínica Quirón de Barcelona.

Sin embargo, los propios servicios médicos del club quieren ser cautos con Moro, dado sus antecedentes, catalogado de «frágil» la pasada campaña, y cuyo tipo de juego tampoco ayuda, ya que es susceptivo de recibir numerosas faltas durante los partidos por su desborde y su talento para retener el balón.

El futbolista también ha sido noticia en las últimas horas por una reactivación del interés del Ajax. El club neerlandés ha elevado la oferta hasta los diez millones de euros, según informa Relevo y ha podido confirmar El Norte de Castilla.

En el comienzo de mercado, el Real Valladolid había marcado esta cifra como posible inicio de negociaciones con la entidad de Ámsterdam, y pese a las noticias que apuntaban que saldría por apenas siete con destino a Países Bajos.

Sin embargo, la oferta neerlandesa ha sido rechazada por el club blanquivioleta, cuya nueva situación con dinero en la caja por la venta de Juma invita a retener al catalán al menos hasta verano, a no ser que un club -con también interés del Celtic- llegase con una cifra cercana a la cláusula de rescisión, que está fijada en 25 millones de euros.

Desde Zorrilla, preguntados por la operación se sigue insistiendo en que la idea es «no perder poder deportivo», y la salida de Moro, pese a su lesión, sería una baja muy sensible.

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