Lo visto frente al equipo vigués tuvo mucho contenido futbolístico, con detalles trascendentes en el desarrollo del mismo, y un par de jugadores definitivos. O ... sea, mucha miga para digerir.
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De salida me agradó la idea de ver a Toni como manija del equipo en la posición del diez, tanto como el ver a Fabián por derecha y tan poco como contemplar a Raúl Carnero de extremo, lógicamente por la posición que no por el jugador. No veía la necesidad, teniendo a Plano, Waldo y Hervías, de reforzar ese flanco defensivamente y sí, por el contrario, entendía la obligación de buscar ese espacio como vía de penetración.
El equipo jugaba alegre, igualaba y superaba por momentos a los celtiñas, mientras Toni brillaba sobremanera a decir de todos los comentaristas radiofónicos y televisivos. ¡Vamos, que no eran cosas mías..!
Y es que ayer Villa y Aspas fueron los principales protagonistas por lo que hicieron, en el caso del nuestro mientras se lo permitieron, mientras Kike Pérez sobresalía por encima de un equipo ordenado y luchador que en ocasiones generaba dudas defensivas por el centro.
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Fue una pena que Toni primero sufriese el destierro a su banda conocida para luego terminar por ser sustituido. Se iba en ese momento el jugador guía del equipo en términos de juego y el mas determinante en el último tercio del campo.
Ignoro si el cansancio, la lesión o la reserva para Valdebebas fue el motivo de su cambio, pero lo que sí afirmo es que su ausencia de la posición inicial, porque en la banda es mejor que ni salga, lastró definitivamente al equipo.
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A Ronaldo Nazario, nuestro Presidente, le oí el otro día comentarle a Valdano en televisión, que echaba en falta a esos dieces de antes y fijó su atención en Zico el 10 del Flamengo y de la Canarinha.
Sin embargo, estoy seguro que nunca le vió jugar en una banda, del mismo modo que creo acertar si afirmo que el único jugador que le recuerda a su ídolo en este equipo es justamente Toni Villa.
El otro protagonista fue Iago Aspas, el jugador español mas talentoso en la posición del 9. Marcó un gol de crack y decidió abortar la posible consecución del segundo agarrando el balón con la mano tras la intervención en falta de nuestro defensa. Total, del posible gol a mano en contra. Cosas de genios que se hacen difíciles de entender.
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Me gustó el equipo mientras estuvo como tal, es decir, jugando y moviendo con criterio el balón. Después volvimos a lo ya visto. Kike Pérez es máximo valor y Marcos André no va a desmerecer a nadie arriba. Y sino, al tiempo. Si juega, claro.
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