Entrenamiento del Real Valladolid este jueves. Carlos Espeso

Un mercado, una partida de póker

Desde la Grada ·

El autor pone en duda que mucho de lo que se oye durante los últimos días de la ventana estival de fichajes sea real

Carlos pérez

Jueves, 1 de septiembre 2022, 15:50

Tres partidos para ver que hay trabajo por hacer. Alguno ya está confeccionando la plantilla del año que viene en segunda división, pero yo prefiero a ver acabada la de este año e incluso espero que la competición nos ponga en otro sitio. Cuando escribo estas líneas quedan dos días para el cierre de mercado y todo son dudas, nombres, chascos y en general pocas alegrías. La última decepción es la «espantá» de Abde. Esto me lleva a una reflexión. Dos para ser más exactos. La primera es hasta qué punto los aficionados nos ilusionamos por noticias provocadas por los agentes o directores deportivos. ¿Ha sido el marroquí objetivo real del club? ¿ha sido una filtración de los agentes del jugador para ponerle en el mercado? ¿Es una filtración del club para apretar las tuercas al otro objetivo que está antes en la lista de preferencias? ¿Sólo a mí me parece raro que una cosa que está hecha el domingo, el domingo sea imposible porque el jugador se va a Osasuna y e l miércoles el destino sea el Elche para acabar otra vez en Pamplona?

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Me parece que un mercado de fichajes tiene más que ver con una partida de poker que con el fútbol. Hay una escena en 'Moneyball' donde en dos minutos el personaje que interpreta Brad Pitt da la vuelta al mercado con tres llamadas telefónicas y algo me dice que la realidad se parece mucho a esa escena.

Con esto no pretendo justificar nada. Es más, a mí los mercados de fichajes en el Real Valladolid me suelen defraudar. Tengo la teoría, puede ser una teoría de cuñado en la barra de un bar, que si el Real Valladolid tuviese a Abde en la plantilla, estaría intentando colocarlo al mirandés para traer cedido a Hugo Vallejo. Así ha sido muchos años en los que hemos tenido cedidos de otros equipos quitando sitio a los nuestros para que al final no usemos ni a los nuestros, ni a los cedidos. Así que tengo claro que no intento blanquear el trabajo de Fran Sánchez, como no lo hice anteriormente con ninguno de los directores deportivos. Pero de la misma forma que hay cosas que yo no habría hecho, no se me ocurre pedir la dimisión de alguien por rumores aparecidos en la prensa, en la mayoría de las ocasiones filtrados con un interés y muy alejado de lo que es la realidad.

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