La mejoría blanquivioleta pasa por la victoria ante el Getafe

Sin embargo, las sensaciones de aquel partido radiante se marcharon por el desagüe con el paso de las jornadas. El equipo de Sergio González se atoró y empezó a resquebrajarse gravemente tras la derrota en Copa ante el Levante (2-4), a la que siguió la goleada del Huesca en Zorrilla (1-3) y el esperpento de Mendizorroza ante el Alavés (1-0), un partido infame.

De aquel subsuelo empezó a rebotar con una mejoría muy matizada en el campo del Eibar (1-1), la derrota frente a un Real Madrid en horas bajas (1-0, con un cabezazo de Casemiro tras una falta al área) y el último partido en Vigo, donde el Celta impidió la victoria blanquivioleta con otro gol de falta en el minuto 94, después de un encuentro áspero y con más 'punch' competitivo.

La victoria se le resiste a un Real Valladolid metido de lleno en la refriega de la zona baja. Y resulta perentorio conseguirla para reforzar la moral. El triunfo es vital como estímulo para mantener el espíritu de lucha y que el convencimiento no decaiga. A esa idea se agarra esta tarde en Zorrilla (14:00 horas) el equipo de Sergio ante un Getafe reconocible con la huella y el taco de Bordalás. Para encontrar el último triunfo del Pucela como local hay que retroceder hasta el pasado 11 de diciembre, con la remontada ante Osasuna y la irrupción de Weissman. Por su parte, el Getafe ha perdido los cuatro últimos partidos como visitante. Ganar se ha convertido en una odisea para los equipos del sótano.

El cuadro de Bordalás comparece en Valladolid después de recuperar el paso a lo grande la pasada jornada frente al Valencia, al que destrozó con un 3-0. En los seis partidos previos, los azulones habían entrado en barrena, con cinco derrotas y un solo empate, una racha negativa en la que sufrió goleadas tan escandalosas como el 5-1 que le endosó el Athletic en San Mamés. Sin embargo, la última victoria ha colocado al equipo madrileño decimotercero con 27 puntos y un margen de cinco puntos sobre la línea roja del descenso. «Ganar en Valladolid sería dar un paso importante, pero ahora mismo no hay nada definitivo», constató ayer Bordalás.

El Pucela tumbó al Getafe en la primera vuelta con un dibujo 4-1-4-1, con Fede San Emeterio por delante de la defensa y Weissman como único delantero centro. La presencia de Kike Pérez y Roque Mesa en los espacios interiores, acompañados por Toni Villa y Jota Filipe en las bandas, solidificó al Real Valladolid aquel día. En el último encuentro ante el Celta, Sergio González optó por un 4-4-2, con Janko y Olaza en los laterales, Bruno y Joaquín como centrales, Rubén Alcaraz y Roque Mesa como pivotes en la medular, Óscar Plano y Orellana por las bandas y Sergi Guardiola y Weissman como dupla atacante. Salvo en las malhadadas acciones a balón parado, el equipo se enderezó. La opción de El Yamiq para dotar de más centímetros a la zaga es una de las opciones que se le abren a Sergio, que puede optar por mantener la esencia de este 4-4-2. El técnico ha incluido a todos los jugadores disponibles en una convocatoria donde no hay futbolistas del filial. Solo quedan fuera los lesionados Kiko Olivas, Raúl Carnero, Pablo Hervías y Marcos André. El central Javi Sánchez, ya recuperado, vuelve a la citación.

El Getafe sufre la sensible baja del sancionado Marc Cucurella, lo que priva a Bordalás de su habitual puñal por la izquierda y le obliga a recomponer el once. Hasta ahora, Cucurella había sido titular en las 25 jornadas disputadas. «No podemos lamentarnos. Tenemos alternativas que lo harán bien», dijo ayer Bordalás.. El Cucho Hernández, suplente ante el Valencia, es una de las opciones para cubrir la baja de Cucurella en la banda.

En las filas azulonas militan tres futbolistas con pasado blanquivioleta: los delanteros Jaime Mata y Enes Ünal, y el centrocampista David Timor. Mata ha anotado cuatro goles en 23 partidos esta campaña, el último ante el Valencia. Ünal, que ha intervenido en 17 encuentros, aún no se ha estrenado como realizador durante la temporada.