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Jordi Masip aseguró ayer públicamente que la plantilla del Real Valladolid apoya expresamente a Sergio González como entrenador del equipo tras la conversación que mantuvieron el sábado en el vestuario. Un refrendo fundamentado en que el catalán es parte del éxito del equipo durante estas ... tres temporadas. Sin embargo, y a pesar de las reiteradas preguntas, el cancerbero no quiso revelar nada de lo que se habló de puertas para adentro escudándose en que todo eso debe quedar sellado por el santuario que es el vestuario.
No era Masip, hombre parco en palabras, el jugador previsto por el club para comparecer en la primera rueda de prensa tras el bochorno de Vitoria. Roque Mesa era el designado, pero el canario ha sido padre en la noche del domingo al lunes y a la hora de la rueda de prensa estaba en el hospital, que es el sitio en el que debía estar. Así que fue el guardameta de Sabadell, como uno de los capitanes del equipo, el que dio la cara para hablar o dar explicaciones o aclarar qué pasó en la reunión entre el plantel y el entrenador.
Y lo que pasó fue que según Masip todos los jugadores están con él. Lo estaban antes y lo están ahora. «Lo que se habló se queda en el vestuario, zanjó tajante el portero blanquivioleta, pero creemos en él, confiamos en él. Él es parte del éxito que ha tenido el club y queremos seguir con él». Sin embargo, esa fe y esa confianza deben demostrarse luego sobre el césped, porque con palabras y buenas intenciones no se ganan partidos por ahora, y es lo que necesita el club. A este respecto, Masip se refugió en el trabajo como arma de eficacia. «Todos estamos trabajando para salir de esta situación. Analizamos con el míster todo lo que pasa en el partido y buscamos las soluciones».
Lo que no termina de explicarse Masip es la razón por la que en los dos últimos partidos tanto análisis, tanto trabajo y esfuerzo entre bambalinas no se ha plasmado en triunfos o, al menos, en un equipo que juega para tener opciones de vencer. «Es cierto que en Vitoria y ante el Huesca generamos poquito, muy poquito, pero no es lo normal. Hay que centrarse en recuperar la solidez defensiva».
El caso es que el equipo está en descenso, justo en el momento en que era un argumento de peso el decir que las cosas no iban mal porque no se estaba donde ahora se está. Para Masip la cosa no cambia demasiado. «Quedan jornadas, no hay que ponerse nervioso. Esta situación se puede revertir pero siendo conscientes de que cuanto más tiempo pasa más complicado es». Y eso pese al final de temporada que le espera al equipo, que en las cinco jornadas finales deberá vérselas con Betis, Valencia, Villarreral, Real Sociedad y Atlético de Madrid.
Consciente, y mucho, de que el partido del sábado ante el Eibar es especialmente importante, hay que recordar que ahora mismo el Pucela tiene perdido el particular con Alavés y Huesca, entendió las críticas de los aficionados pero abogó por «seguir trabajando y mirar hacia adelante».
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