Andie MacDowell y Bill Murray, en una escena de la película 'Atrapado en el tiempo'. El Norte

El día de la marmota

«Cada vez que nos enfrentamos a uno de los grandes vivimos nuestro particular día de la marmota»

alberto cuesta

Miércoles, 9 de diciembre 2020, 07:40

En el año 1993, Bill Murray interpretó uno de sus papeles que más han perdurado en la memoria colectiva en una comedia que se acabó convirtiendo en un clásico. En ella, su personaje, Phil Connors, se da cuenta de que está repitiendo una y otra ... vez el mismo día en un bucle infinito en el que sus actos y decisiones pueden modificar su presente inmediato, pero no impedir que a la mañana siguiente todo vuelva a comenzar de nuevo. Un 2 de febrero que parece condenado a revivir eternamente. Pues bien, 27 años después, me siento como el pobre Phil. Atrapado en el tiempo.

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Cada vez que nos enfrentamos a uno de los grandes vivimos nuestro particular día de la marmota. Da igual el planteamiento, los jugadores o el contexto porque el patrón se suele repetir: jugamos bien, merecemos un premio mayor que nunca llega y nos conformamos (maldita sea esta palabra) con ser derrotados dignamente. Y a veces hasta empatamos. Como lo normal es perder estos partidos parece que sólo podemos aspirar a caer dando buena imagen y encima debemos sentirnos satisfechos, pero como soy una especie de Grinch que vive siempre mosqueado yo no puedo estarlo, y menos en una temporada en la que los de arriba están cediendo tanto. La falta de ambición, cada vez más palpable, es una lacra que nos está poniendo en una situación muy peligrosa y vivir resignados a pensar que no podemos aspirar a más es una sensación que me niego a compartir.

Desde que llegó Sergio nunca habíamos estado tanto tiempo en descenso. Entiendo que cueste aceptarlo, pero llevamos casi un tercio de liga completado y no estamos penúltimos sólo por los famosos detalles de los que se habla en todos los postpartidos. Debemos asimilar ya la situación y dejar de contemplar una y otra vez como la marmota despierta buscando su sombra para saber cuando acabará el invierno. Los problemas no se solucionan viendo la vida pasar. El primer paso es reconocerlo, el segundo dejar de poner excusas y el tercero ponerse manos a la obra. A tiempo estamos.

Amigo Phil, ahora sé cómo te tenías que sentir. Es tan frustrante que a veces dan ganas de abandonar, pero al final todos los días sale el sol, todos los días nos despertamos deseando que sea 3 de febrero y todos los días pensamos que ya, por fin, hoy es mañana.

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