'Mariposas en el estómago' por jugar en el estadio Zorrilla

Un sueño», «será un día inolvidable», «una oportunidad en la vida, «somos unas privilegiadas» «sientes mariposas en la barriga», «es una ilusión y un orgullo, son frases que se repiten esta semana en los vestuarios del Real Valladolid Simancas y el Atlético Lince. El tono de voz y el rostro de cada una de las jugadoras que compone la plantilla del equipo femenino blanquivioleta coincide. Algunas de ellas, integrantes del Real Valladolid ya lo vivieron en sus carnes el año pasado, cuando se disputó el primer partido de fútbol femenino en el José Zorrilla, mientras que para otras será la primera vez. Para todas ellas, sin embargo el sentimiento que predomina es el de orgullo. La emoción de pugnar cada pelota y recorrer el verde del José Zorrilla. Alzar la mirada y pensar que todos los espectadores han asistido a una jornada histórica enmarcado en el Día Internacional de la Mujer.

Disfrutar de ser protagonistas, sin descuidar el objetivo de defender el liderato de la Liga Gonalpi, quinto escalón del fútbol femenino, donde el Real Valladolid Simancas domina con puño de hierro. La clasificación muestra a un equipo que es segundo clasificado con 14 victorias y 5 empates, también es el conjunto más goleador (92 goles a favor) y el que menos encaja (6). Pero el recorrido para llegar hasta la cima ha sido progresivo. Rubén Beltrán, entrenador que comanda el proyecto, destaca la «exigencia de las jugadoras por ganarse un puesto en el once» como clave para que el equipo sea competitivo, «todo ello con buen ambiente y un magnífico grupo que está dispuesto a ayudarse». La combinación de jugadoras veteranas con jóvenes promesas ha sido un coctel que ha dado buenos resultados.

En esta semana previa al tan esperado encuentro en el José Zorrilla, Rubén Beltrán vive varios sentimientos. «No tenemos que olvidarnos que son tres puntos más para conseguir el objetivo, pero también transmito a las jugadoras que va a ser un día inolvidable para ellas y hay que disfrutarlo con ilusión. No todos los días se juega en el José Zorrilla delante de tanta gente», confiesa.

María Alonso y Leyre Casado, extremo y lateral del Real Valladolid Simancas, disfrutan de su segundo año en el equipo. Echan la vista atrás y se enorgullecen de lo que están logrando a nivel colectivo, pero también a nivel social. «Es un logro que el fútbol femenino haya progresado tanto, las niñas te ven como un ejemplo y ves que el Pucela, como institución, está pendiente de nosotras, nos cuidan como si estuviéramos en casa. He dado todo por estar aquí y seguiré dando lo mejor de mi para seguir muchos años», comenta María, bajo la mirada orgullosa de Leyre, quien responde con «es un sueño». La lateral, un puñal por banda, rememora la primera vez que se enfundó la blanquivioleta. «En ese momento me acordé de cuando estaba sentada en la butaca del estadio viendo a los jugadores y ahora soy yo la que va a defender estos colores». Mismo sentimiento tuvo la extremo, «Recuerdo que estábamos jugando el Torneo Diputación de Valladolid, entré al vestuario y vi todas las camisetas colgadas con nuestros nombres. No pude contener las lágrimas, pensé que esto se iba a hacer realidad».

El 12 de marzo de 2023 quedará en la posteridad como el día en el que se disputó en primer partido de fútbol femenino del Real Valladolid en el Estadio José Zorrilla. Ambas jugadoras recuerdan cada detalle, María salió como titular y su nombre quedará por siempre en las páginas del Real Valladolid al marcar el primer gol de la historia del Real Valladolid Simancas Femenino en el feudo blanquivioleta. «No sabia como celebrarlo, me dije a mi misma que no estaba soñando. Vi a toda la gente gritar gol. Mis amigos, que estaban aún en la cola para entrar, me dijeron que lo escucharon por megafonía».

Leyre ríe y recuerda una anécdota que vivió mientras estaba calentando. «Escuchaba a las niñas, que me decían que, por favor, aunque sea, que les regalase el peto o 'te queremos'. No podría creerme que una niña me estuviera diciendo que me quiere y desea tener mi camiseta. En el momento en el que salté al campo me olvidé de todo, pero de vez en cuando miraba a la grada y pensaba 'la que hemos liado'». Extremo y lateral coinciden en que el momento mas emotivo fue escuchar el himno y ver desplegadas las bufandas.

Apenas hace unas semanas, Lara de las Heras, portera del Real Valladolid Simancas sufrió en uno de los entrenamientos semanales un bloqueo meniscal en su rodilla izquierda. A la espera de confirmar el resultado de la resonancia que determine el alcance de la lesión, aguarda con paciencia y camina con dificultad acompañada de las muletas. Es la tercera vez que sufre este tipo de lesión en el menisco que tanto la está lastrando. La guardameta blanquivioleta con más titularidades este curso se vio obligada a pulsar el botón de 'pausa'. «Tenía la esperanza de que solo fuera un golpe, pero el dolor no remitió. Es duro volver a empezar de nuevo, tienes miedo de si vas a poder jugar de nuevo o si me volverá a pasar», apunta. Lara mantenía la esperanza de volver a vivir la experiencia de jugar en el José Zorrilla, sin embargo, el domingo no podrá defender el arco. «Tengo pensado estar en el banquillo para arropar a mis compañeras, pero si no me dejan lo veré desde la grada. Al partido irá toda mi familia, son apasionados al fútbol, aunque este año no me podrán ver jugar», finaliza.

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