La repentina marcha de Rubén Alcaraz ha descolocado a los estamentos deportivos del Real Valladolid. No tanto al entrenador, que tiene meridiniamente claras sus preferencias por un jugador comprometido antes que uno con noventa partidos en Primera, pero sí en las oficinas, desde donde se ... contemplaba con calma chicha el goteo del mercado invernal y el adiós del centrocampista catalán ha sorprendido por lo abrupto y precipitado. De un día para otro destapó una cláusula por la que podía abandonar Zorrilla en calidad de cedido si un club de Primera venía a buscarle, y esa determinación ha pillado a más de uno con el pie cambiado.
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La conversación del jugador con Pacheta no cambió las cosas, y sin embargo sí le reafirmó en su intención la llamada recibida desde Cádiz por parte de Sergio González. Su motivación, según apuntan desde el entorno del jugador, es volver a tener minutos y a ganar protagonismo como titular. Algo que no ha tenido o no ha merecido en Valladolid, donde Pacheta le ha utilizado en 14 partidos con un total de 518 minutos. Un jugador prácticamente desahuciado en pretemporada como Álvaro Aguado se ha ganado a pulso la titularidad, relegando a Alcaraz al rol de tercer centrocampista de la plantilla.
Y el catalán no cree que se vayan a invertir los términos. «Es cuestión de minutos», aseguran. «Si tuviera protagonismo el escenario sería otro bien distinto. No es que no quiera estar en Valladolid, es que la realidad y los datos son los que son», subrayan en su entorno, recalcando que nadie puede cuestionar su profesionalidad durante los tres últimos años y que su único interés es el de irse con el entrenador con el que dio su mejor nivel para volver a tener protagonismo.
En el club se respeta su decisión pero no se entiende, y por este motivo se ha optado por incluir en el contrato de cesión una opción de compra en caso de que el Cádiz logre la permanencia en la máxima categoría. Si el conjunto gaditano acaba descendiendo a Segunda, Rubén Alcaraz seguirá siendo jugador blanquivioleta hasta junio de 2023.
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Su pase, pendiente de tramitar los últimos detalles de la documen tación, será oficial en las próximas horas. El Cádiz ganará dos centrocampistas muy del estilo de Sergio González (Alcaraz y San Emeterio), y el Valladolid habrá perdido dos piezas secundarias que no habían encajado en el estilo Pacheta pero que sin embargo sí tenían un rol en las rotaciones como segundo y tercer cambios.
La marcha de ambos abre un debate en la grada y una grieta en las oficinas. ¿Es necesario reforzar el centro del campo? ¿Existe en el mercado un perfil de jugador que, por ejemplo, mejore las prestaciones de Alcaraz?
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En el club no ven claro la posibilidad de incorporar un centrocampista a no ser que se ponga a tiro un futbolista que merezca la pena. No consideran que sea una prioridad. Ypara traer a Zorrilla una medianía, se prefiere apostar por dos jugadores de la casa que vienen pidiendo a gritos una oportunidad como la que se les presenta ahora. Anuar y Kike Pérez, ambos en la rampa de salida hasta hace unos días, están obligados a dar un paso adelante para ganar peso en el vestuario y asumir más responsabilidad en el campo.
El cambio de chip no es baladí, ya que ninguno de los dos ha jugado en su puesto en esta temporada, utilizados por Pacheta para dar relevos fuera de sitio en tramos finales de partido. Anuar ha jugado 385 minutos repartidos en 16 partidos, mientras que Kike Pérez ha participado en 13 jornadas con 325 minutos en su haber, lastrado por la lesión que sufrió en pretemporada. Una fractura en el quinto metatarsiano de su pie izquierdo le obligó a pasar por el quirófano en el mes de julio y, por lo tanto, también a perder el paso en el inicio de la que debía ser temporada de su confirmación después de dos años de irrupción en Primera.
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El centrocampista manchego, con contrato como blanquivioleta hasta 2025, está llamado ahora a ganar galones y disputarle el puesto a Álvaro Aguado.
En el club confían en que tanto él como Anuar den un paso al frente y ayuden a consolidar el centro del campo en la fase decisiva de la temporada. Ambos dan ahora un salto en la rotación en una zona en la que no se descarta la presencia de Joaquín Fernández si es que la llegada de Josema, central del Elche –ayer dio positivo–, consigue dar empaque al centro de la zaga.
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Con más ruido en los despachos que en el césped, el primer equipo mantiene intactas sus constantes vitales con el reto de consolidar la línea ascendente que ha iniciado en este mes de enero. Además lo hace recuperando efectivos para la causa, y en el día de ayer celebró la vuelta de El Yamiq tras superar su aislamiento por covid. El central marroquí, por lo tanto, llega a tiempo y con dos sesiones más por delante para entrar en la convocatoria y enfrentarse este sábado al que fuera su equipo, el Real Zaragoza.
Con la reincorporación de El Yamiq y la vuelta de Pablo Hervías después de su lesión de larga duración, Pacheta cuenta con más recursos para afrontar otras bajas colaterales, como por ejemplo las de Víctor Narro y Fresneda, pendientes de dar negativos para abandonar el confinamiento. En la sesión de ayer entrenaron al margen del grupo Hugo Vallejo y El Hacen, además de Toni Villa, que llevó a cabo un trabajo específico individualizado.
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