Imagen de la temporada 85-86 con las caras nuevas del primer equipo, con Torrecilla y Juan Carlos llegados desde el Promesas, y Aravena, Saavedra, Cantatore y Manzanedo.
Manzanedo: internacional en el Valencia, suplente en el Real Valladolid
La Vista Atrás ·
El guardameta burgalés llegó a Zorrilla en la temporada 85-86 como suplente de Fenoy y después de siete temporadas brillantes en Mestalla... ¡solo jugó un partido como blanquivioleta!
José Miguel Ortega
Sábado, 28 de enero 2023, 17:07
José Luis Fernández Manzanedo (Burgos 1956) es uno de esos futbolistas que protagonizan un arranque meteórico y después, sin que se sepa muy bien por qué, caen en el olvido. Cuando Manzanedo fichó por el Real Valladolid, la temporada 1985-86, hubo quien pensó que a Fenoy le trajeron un hueso duro de roer.
El argentino había sido indiscutible desde su llegada a Zorrilla cinco años antes, aunque la verdad es, salvo el primer año con Llacer, nunca encontró una oposición muy fuerte, independientemente del magnífico resultado que ofrecía el argentino. Con Manzanedo podría haber más competencia que con todos los anteriores.
El guardameta burgalés debutó en Segunda División con el equipo de su tierra con solo 17 años, fue un elemento clave en el ascenso y tras una temporada en la elite se le traspasó al Valencia, que entonces estaba entrenado por Marcel Domingo y pidió expresamente su fichaje. Algo debió ver el exguardameta francés en el joven Manzanedo cuando apostó fuerte por él y la verdad es que no se equivocó, como tampoco lo hizo Kubala, que propició su debut en la selección absoluta el 21 de septiembre de 1977, cuando acababa de llegar al Valencia.
Fue el 21 de septiembre de 1977 en un partido amistoso disputado en Berna frente a Suiza, que ganó España por 1-2, en el que Manzanedo sustituyó a Arconada tras el descanso y cuajó una prometedora actuación, aunque paradójicamente no volvió al equipo nacional pese al brillante balance que ofreció durante su estancia en el equipo 'ché': en 1979 ganó el Trofeo Zamora como portero menos goleado de Primera División, contribuyendo además a tres títulos importantes para el conjunto levantino, como fueron la Copa del Rey 1978-79, la Recopa de Europa 1979-1980 y la Supercopa continental 1980. Después de siete temporadas en Mestalla y un balance de 111 partidos oficiales, Manzanedo recibió una interesante oferta del Real Valladolid, que vivía una de sus épocas más brillantes con Gonzalo Alonso en la presidencia y Vicente Cantatore en el banquillo. Y no se lo pensó, aún a sabiendas de que el titular de los blanquivioletas era Carlos Fenoy, con experiencia y eficacia fuera de toda duda.
Manzanedo, en el nuevo estadio José Zorrilla.
El portero teóricamente suplente siempre piensa que la temporada es muy larga y pueden ocurrir muchas cosas, lesiones, sanciones o baches en el rendimiento que posibiliten un giro en los papeles estipulados al comienzo. La Liga de aquella campaña 85-86 comenzó precisamente en Valencia y, como parecía lógico, Cantatore decidió que en la portería jugase Fenoy, que se mantuvo después a pesar de la derrota por 2-1 sufrida en Mestalla.
No hubo de esperar su oportunidad el burgalés mucho tiempo, pues el 18 de septiembre de 1985, en el partido de ida de la primera eliminatoria de la Copa del Rey, Manzanedo figuró en la alineación blanquivioleta que se enfrentó a la Cultural en terreno leonés. Una alineación, por cierto, para intentar resolver la eliminatoria en el primer envite: Manzanedo; Torrecilla, Gail, Sánchez Valles; Minguela, Moré; Yáñez, Jorge Alonso, Víctor, Aravena y Peña. En el minuto 54, García Navajas sustituyo a Gail y en el 59, Duque a Víctor.
Fue un partido redondo para el Pucela, pues ganó 0-5 y, como quería su entrenador, dejó resuelto el compromiso copero en el primer envite. Los goles vallisoletanos fueron obra de Aravena, Víctor (2), Peña y Jorge y todas las líneas del equipo funcionaron a la perfección, hasta el punto de que los espectadores despidieron con una ovación a Real Valladolid, reconociendo su superioridad. Manzanedo tuvo poco trabajo pero lo resolvió con eficacia.
Sin embargo, en el partido de vuelta, Cantatore hizo muchos cambios, entre ellos el de la portería, pues jugó Chamorro, que estaba en el Promesas y teóricamente era el cuarto portero de la plantilla, tras Fenoy, Manzanedo y Rodri.
Llegó al Real Valladolid con muchas esperanzas, pero incomprensiblemente solo disputó un partido oficial, frente a la Cultural Leonesa en la Copa del Rey
Había sido tan superior el conjunto blanquivioleta en la ida que tampoco sorprendió la decisión del entrenador. Seguro que en la próxima eliminatoria Manzanedo volvería a tener una nueva ocasión de demostrar su nivel como portero de Primera División. Y llegó, en efecto, la segunda eliminatoria frente a otro equipo de la región, la S.D. Ponferradina, con la sorpresa de que, aunque Cantatore reservó a Fenoy para la Liga, no jugaron ni Manzanedo, ni Chamorro, sino Rodri, que era una joven promesa en quien los técnicos del Valladolid habían puesto muchas esperanzas.
Rodri jugó los dos partidos de esa eliminatoria y los otros dos de la siguiente, contra el Rayo Vallecano, preguntándose la gente qué pasaba con Manzanedo, que teóricamente era el segundo en el escalafón de la portería vallisoletana. Es más, Fenoy dejó de jugar cuatro partidos de liga y Cantatore decidió que le sustituyera Rodri en lugar de Manzanedo.
Una formación del gran Real Valladolid de la temporada 1985-86, en el que no tuvo sitio Manzanedo. De pie: Moré, Minguela, Gail, Yáñez, Andrinua y Fenoy. Agachados: Torrecilla, Juan Carlos, Jorge, Aravena y Eusebio.
No hubo en el curso de la temporada ningún enfrentamiento, ni acto de indisciplina por parte del burgalés, a quien por cierto yo recuerdo como una persona muy respetuosa en el trato. Simplemente una inoportuna lesión le impidió aprovechar la oportunidad que en buena lógica le correspondía a él, y después Cantatore apostó por el joven Rodri, que solo estuvo una temporada más en Zorrilla, antes de irse cedido al Málaga para jugar posteriormente en varios equipos de segunda B.
Por su parte, José Luis Manzanedo prolongó su carrera tres años más en el Sabadell en Primera y Segunda, y otros tantos en la Cultural Leonesa en Segunda B. ¿Qué ocurrió para que un internacional, que además ganó el Trofeo Zamora en el Valencia, solo pudiera disputar un partido sin demasiada importancia en las filas blanquivioletas?
A él le he oído decir que la lesión le impidió jugar más, pero lo cierto es que cuando se recuperó ya había perdido la confianza del técnico porque Fenoy era la apuesta y Rodri su recambio. Tal vez el propio Manzanedo, que hoy es presidente del Burgos Promesas, tenga la versión de su desafortunado paso por el Real Valladolid.
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