Uno a uno: Luis Pérez da profundidad y lleva peligro desde la banda derecha

El ejemplo de lo que tienen que ser los laterales en el Valladolid 21-22 es Luis Pérez. Profundo con balón y contundente sin él, con la responsabilidad de llegar a las dos líneas de fondo del campo. Y en esa asunción de responsabilidades, no es extraño que prácticamente todo lo que sucedió en el debut ante Las Palmas se iniciara en la banda derecha. Luis Pérez hizo kilómetros para aburrir y fue protagonista hasta el minuto 82, convirtiéndose en piedra angular del ataque blanquivioleta.

De sus botas salieron los tres centros más peligrosos del partido, todos ellos con Marcos André como destinatario. El brasileño pudo perfectamente volver de la isla con un hat trick de cabeza gracias a los balones certeros que llegaron desde la banda derecha. Los dos primeros en la primera parte y el tercero, ya en la segunda, convertido en gol antes de salvar la posición de Raúl Fernández.

Y como todo en el estreno se originó desde su banda, también el tanto canario se fraguó muy cerquita de Luis Pérez, que no pudo cerrar el centro de Benito para que el balón no llegara a Jesé. Salvo ese lunar, el partido del andaluz fue notable.

No tuvo mucho que atajar el meta fuenlabreño en el debut. Se podía intuir un mayor empuje del equipo canario en su estadio, pero sus llegadas al área fueron contadas y sin demasiado filo. Tampoco el rival le puso en demasiados apuros en balones aéreos. Y en el gol poco más pudo hacer en un balón que tras superar al central le dejó vendido delante de Jesé.

Dicho esto, sorprende que vaya a abandonar la plantilla en el esprint final de mercado y fuera titular por de delante de Masip.

Es el riesgo de jugar con tres centrales, que si el rival juega con un solo delantero tu defensa se queda sin referencias y por momentos sin misión que cumplir. En el caso del almeriense algo similar le sucedió en el debut, y su papel quedó diluido hasta limitarse prácticamente a las acciones a balón parado. En el gol canario se quedó lejos de poder tapar el centro.

Es el tipo de jugador que necesita de partidos y ritmo de competición para ofrecer su mejor versión, mucho más en su caso después de superar una grave lesión el año pasado. En Las Palmas no desentonó ni mucho menos, aunque sí que quedó patente que aún no se atreve a hacer más cosas sobre el campo. Por ejemplo, alguna de las conducciones características que solía para romper líneas.

Sin tener mucho trabajo que repartir entre centrales, en la ocasión más clara del rival, la del gol, se mostró lento y desubicado. Le pilló a contrapié y se dejó ganar la posición por Jesé, que solo tuvo que desviar la trayectoria del balón con un ligero toque para batir a Roberto. El resto se resume en que volvió a caer lesionado, siendo sustituído en la recta final de partido.

Cierto es que echó el candado en su banda y hubo de lidiar con Peñaranda, pero al uruguayo hay que exigirle más de medio campo hacia adelante. Le faltó ser más incisivo -le cuesta pisar la línea de fondo- no solo con el balón vivo sino también en sus lanzamientos a balón parado. Si finalmente se queda, Olaza va a ser un puntal clave en buena medida por su amenaza en las faltas.

Se la ha notado en pretemporada y es posible que le cueste coger velocidad de crucero y que vaya a más durante la competición, pero de momento en el debut no fue el jugador que acostumbra. Su salida del campo, sin embargo, coincidió con el pase filtrado de Kirian a la posición de Benito en banda derecha.

Forma buena sociedad con Luis Pérez en banda derecha y seguro que irá a más con el paso de los jornadas. Cumplidor en tareas defensivas, en Las Palmas estuvo menos incisivo y sin opción de pisar área para buscar el disparo.

Se le ve cómodo al murciano jugando entre líneas y eso le da un punto más de creatividad e imaginación al Valladolid cuando está en el campo. En el debut, sin embargo, fue de más a menos y su capacidad para romper líneas perdió fuerza en la segunda parte. Pepe Mel negó a los de Pacheta el juego por el centro y eso condicionó el juego combinativo.

Su salida del campo coincidió con el gol del empate.

No eran pocos los aficionados que en la previa debatían si era mejor que el brasileño rindiera a su nivel en el debut para engordar su valor en el mercado o bien si lo mejor para los intereses del Valladolid era que hiciera un partido discreto para que el Valencia se olvidara definitivamente de él. Finalmente no solo acabó como el más rematador del partido en distintas posiciones, tres cabezazos, un disparo desde fuera del área y una semivolea desde dentro, sino que hizo el único gol demostrando estar siempre bien situado.

Aquellos que abogaron por un partido notable que revalorizara su caché, acertaron de pleno. Ahora solo falta saber si el equipo ché desembolsará la cantidad necesaria para llevarse al jugador a la orilla del Turia.

Vive del gol el delantero pero sobre todo de las ocasiones que genera su equipo en los alrededores del área contraria. En Las Palmas fueron contadas y prácticamente todas acabaron en las botas de Marcos André, por lo que nunca sabremos si el signo del partido hubiera cambiado en caso de ser el israelí el rematador.

Pese a que todo el sistema está orientado para hacerle llegar balones, el debut no fue el mejor ejemplo y Weissman se sintió desasistido.

Entraron con el partido roto a raíz del gol y no aportaron nada para levantar al equipo, en un tramo final en el que las órdenes recibidas eran las de sostener el resultado.

Su presencia pasó inadvertida, sin opción ni tiempo para cambiar el signo del partido.