San Juan, las cabezas y el otoño que viene en el Real Valladolid

Y dirá usted, ¿Boyomo es Beckenbauer? Pues no se le parece ni de lejos, pero tampoco guarda parecido con Cenk y la diferencia es igual de abismal. Quiero decir con ello que en un Real Valladolid con los conceptos y automatismos asimilados después de un año entero de rodaje, el franco-camerunés era el kaiser blanquivioleta. Y de ahí no me sacan ni me convencen ¡ni con cinco millones de euros por delante!

Porque, traducido a puntos, ¿a cuánto se pagaría el punto en Primera para hacer granero en la lucha por mantenerse en una competición que reporta una media de 50 millones anuales? A la vista está que cuesta mucho menos deshacer una pareja de centrales hecha y derecha, que reflexionar sobre el coste que puede suponer dinamitarla de la noche a la mañana. Por lo visto, también se antojaba una utopía pensar que Javi Sánchez podía caer lesionado a las primeras de cambio o que Lucas Rosa se pueda resfriar pasado mañana con el cierzo que baja desde Parquesol.

Las cábalas en Zorrilla son inescrutables de un tiempo a esta parte. Y en base a un patrón y modelo de conducta establecidos en los últimos años, es fácil sospechar que el club, da igual ascenso que permanencia, lo fía todo al mercado de invierno. Toca esperar que acabe pronto el otoño y caigan rápido las hojas que tengan que caer para acertar con el próximo Tárrega. Mucho me temo que, hasta entonces, el martirio que sufrimos ayer en Balaídos lo veremos repetido, no faltando mucho y de manera reiterada, y que el kaiser blanquivioleta visitará esta columna en más de una ocasión.

P.D. (I) Resulta significativo que Pezzolano apostara por Juric para sustituir a Cómert en detrimento de un David Torres que hasta el 29 de agosto estaba en rampa de salida con todas las papeletas para ser cedido.

P.D. (II) Por cierto, San Juan acabó sus días decapitado caprichosamente por quítame allá esa pajas.