Real Valladolid, una jornada menos para el descenso

Y no es que no haya tiempo suficiente para arreglar el desaguisado, que lo hay. El mayor de los problemas radica en que ahí arriba, al otro lado de la alambrada, siguen despilfarrando jornadas como si sobraran. Como si no costara sumar puntos. Como si los equivocados fueran aquellos que fichan un entrenador dos horas después de destituir al anterior.

Mientras, en la realidad paralela que vive el entorno, a este lado de la alambrada, hace semanas que la transición hubiera sido un hecho. Y por ende, semanas que hubiera ganado el nuevo técnico para instaurar algo de orden sobre el césped, dotar de sensatez las alineaciones, normalizar la correcta colocación de los jugadores,... ¡vamos, esas cositas que te acaban por ayudar a competir en cada partido, y que en Las Palmas estuvieron muy cerca de traer un empate!

P.D. En esta distopía en la que vivimos, y a estas alturas de anestesia global, en cualquier otro club Domingo Catoira hubiera cerrado la puerta detrás de Pezzolano por su incapacidad para firmar un relevo en el banquillo. Y por ende, despilfarrar una jornada ante un rival directo.