Más no se le puede pedir... al equipo

Een el estado de resignación en el que nos hemos instalado hasta que se abra la ventana de invierno –en la Cofradía del sufrimiento y perpetuo socorro llevamos apuntados, Paulo, desde el 4 de abril de 2023 –, cualquier soplo de aire fresco es bienvenido, y ... el punto ante un equipo de Europa League resulta sanador después de los chaparrones de Barcelona y Vigo. De hecho, el partido da para una lectura y la contraria. Podemos ser optimistas porque, con todos los problemas que asolan al centro de la zaga, el equipo continúa invicto e incluso imbatido en Zorrilla. Podemos esbozar una leve sonrisa porque cualquier otra Real, me da igual con Merino que con Sorloth, Isak o incluso Traoré, se hubiera llevado los tres puntos con medio destello –abrimos aquí matrícula en el club de simpatizantes con Becker como primer socio–. Podemos incluso felicitarnos por haber descubierto en Sierra Leona un armario de tres puertas que mejora el desolador panorama que teníamos anteayer. Y, desde luego, si hay algo que da cierta tranquilidad/esperanza, es el esfuerzo y compromiso que demuestra la plantilla pese a los múltiples contratiempos que han derivado de una mala planificación en pretemporada. La fe que profesan por su técnico muy a pesar de algunas excentricidades que penalizan al grupo.