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Monchu se dirige a la grada tras uno de los tres goles, con Salazar a su espalda. A. Mingueza
Pausa de hidratación

Esta película ya la vimos antes

«La victoria ante el Eibar la sufrimos y disfrutado a partes iguales, pero como la del Oviedo, Racing, Amorebieta, Mirandés, Racing, Tenerife,... Un déjà vu constante»

Lunes, 25 de marzo 2024, 13:07

Asistimos a una temporada capicúa en la que lo que esperamos nada tiene que ver con lo que pasa. Y lo que parece cantado acaba en el desagüe, destrozando las quinielas de los que deberían llevar la voz cantante en esta Segunda, en este caso ... los tres descendidos (Espanyol, Elche y Real Valladolid). La derrota ayer del Elche (dejando escapar un 0-2) y el empate el sábado del Espanyol (encajando el 1-1 en el descuento) no son sino la réplica de los sonoros batacazos que sufrió no hace tanto el Pucela en estadios de otra categoría como Andorra o Ferrol.

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Todos han dado un golpe en la mesa, y al mismo tiempo todos han besado la lona contra rivales que creían sparring. El listón de la fiabilidad se lo salta un hámster este año, y es tal la imprevisión que yo mismo no apostaría un euro de mi bolsillo a que el Leganés acaba el curso en puesto de ascenso directo. Todo son supuestos. No hay una sola certeza salvo que en Cornellá ya cantaron 'Ramis, dimisión' y se salieron con la suya, y que ni Pezzolano ni Beccacece tiene pinta de que vayan a correr la misma suerte.

En Valladolid la temporada también es capicúa, como lo demuestra el hecho de que hemos visto los mismos partidos repetidos en varias ocasiones. El de ayer lo sufrimos y disfrutado a partes iguales ante el Oviedo, pero también se asemejó al del Racing, Amorebieta, Mirandés, Racing, Tenerife,...

Una película que, por repetida, nos anima a pensar que, entre Eibar y Levante el próximo sábado, Pezzolano cogerá suficiente aire como para aguantar inerte hasta el próximo mes de junio. Poco importará que su equipo se pueda dejar el crédito ganado en Zorrilla en Cartagena o Amorebieta.

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Vivimos en un constante déjà vu en el que lo que esperamos nada tiene que ver con lo que pasará. Y lo que parecía cantado hace una semana, que era un relevo en el banquillo, acabará en el desagüe. Los tres goles de ayer son pan para hoy...

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