![¿La operación Boyomo? Beneficiosa para... casi ninguno](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/09/01/machi-kS-U220112091405098-1200x840@El%20Norte.jpg)
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Escrito está que esta temporada había nacido de pie, con síntomas inequívocos y más que tangibles que, de un plumazo y para sorpresa de los más viejos del lugar, habían desviado el foco del banquillo dando la vuelta como si se tratara de un calcetín ... a la animadversión que tenía el aficionado hacia Pezzolano. Suturadas no pocas heridas, el técnico había reforzado el compromiso de un vestuario enfocado como pocos hacia un mismo objetivo; había –todo en pasado, ¡qué efímero es el fútbol!– dado una vuelta de tuerca a la capacidad física de sus jugadores; y había logrado, incluso, que episodios otrora traumáticos como la marcha de un líder (Monchu), el pulso con un canterano (Aceves) o el fichaje fantasma de un furtivo (Tiago Araújo) pasaran prácticamente inadvertidos a los ojos del aficionado –24.000 carnés como respuesta–. Por si esto fuera poco, hasta el día del estreno ante el Espanyol se vio más fútbol que en veinte semanas en Segunda.
Y todo ello lo había logrado Paulo en un tiempo récord, apenas tres meses después de cantarse su propio '¡Pezzolano, dimisión!' desde el balcón del ayuntamiento.
Pues nada, olvide todo lo anterior. #SomosValladolid y cuando nos ponemos a derribar ilusiones, no hay quien nos detenga.
¿Sabe aquello de que el prestigio se tarda toda una vida en ganarse y sin embargo basta un segundo para perderlo? Somos únicos, olímpicos, en el difícil arte de pegarse tiros en el pie... y además de acertar, sabemos elegir para quedarnos cojos una buena temporada. Si tenemos un central que marca diferencias y encaja como un guante en el equipo y estilo del entrenador, por qué no ponerle un lazo para beneficio de todos. O de casi todos. O más bien de casi ninguno si atendemos a la bronca que le generó a Pezzolano saber que se tenía que desprender de Botomo.
Y es que basta un segundo para que todo salte por los aires cuando se gestiona desde el despacho de espaldas al césped. En fin, Bruno calienta...
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