Los jugadores celebran con los aficionados el último triunfo ante el Huesca. Alberto Mingueza
Pausa de hidratación

Abracadabra, pata de cabra

«Algún día alguien nos debería contar si nos estaban engañando antes, y todo respondía a un plan para poner a prueba nuestra paciencia, o si por el contrario el engaño es ahora y los rivales son de cartón piedra»

Martes, 30 de abril 2024, 08:24

Algún día alguien, tal vez el propio Pezzolano, patentará la pócima que ha empleado este mes el Real Valladolid para verse líder sin jugar más que dos ratitos. La fórmula que ha utilizado para situarse en puesto (privilegiado) de ascenso directo cuando hace solo 40 ... días y 40 noches vagaba como alma en pena, fuera de 'play-off', escoltando al Burgos, con los mismos puntos que el Oviedo y a ocho del Leganés.

Publicidad

Algún día alguien nos debería contar si nos estaban engañando antes, y todo respondía a un plan perfectamente estudiado para poner a prueba nuestra paciencia, o si por el contrario el engaño es ahora y los rivales son de cartón piedra, incapaces de batir a Masip en los cinco últimos partidos.

Alguien nos debería decir, de paso, si esa receta tenía tantos ingredientes como para provocar que todos los rivales se peguen un tiro en el pie al mismo tiempo. Porque, al menos este fin de semana, eso es lo que ha sucedido en la Segunda División. Ha habido una intoxicación alimentaria en una boda, y el Real Valladolid es el único invitado que no ha tomado chirimoya de postre. No solo ha sobrevivido a su propia cicatería, sino que además se ha beneficiado de la ajena hasta el punto de convertirse en el tuerto aventajado en un campeonato de ciegos.

Por hache o por be, el caso es que el tuerto de la pócima se ha situado en una posición privilegiada, y ahora depende de sí mismo para ascender por la vía rápida sin necesidad de recurrir a un 'play-off' que hace un mes se antojaba un mal menor. Quedan cinco jornadas y solo tiene que sumar dos puntos menos que el Eibar y tres menos que el Espanyol para sacar su gabarra a pasear. Si eso llegara a pasar, estaríamos sin duda ante la temporada más kafkiana que uno recuerde. Con Pezzolano pagando la deuda que se cobró hace un año, y la grada dimitiendo de su cargo mientras aplaude al Valladolid más mezquino de la historia blanquivioleta.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad