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Imagen de las obras para retirar el foso del estadio en junio de 2019; en detalle, Ronaldo en el estadio.

Las luces de Ronaldo en medio de las sombras

Antes de tomar la decisión de vender el club, el brasileño acometió una serie de mejoras en las instalaciones: la eliminación del foso, la visera de los Anexos, el revestimiento del estadio,...

José Anselmo Moreno

Sábado, 24 de mayo 2025, 14:31

Antes de decidir vender esta temporada y hacer caja, Ronaldo Nazário, que compró el club en 2018, tuvo algunos años de gestión moderna, correcta y sensata antes del desastre en que se ha convertido el club en los últimos tiempos. Algunas fueron decisiones necesarias y aplaudidas por todos, nada que ver con su discutida gestión en las últimas temporadas.

Una de ellas fue poner la visera a la tribuna de los Campos Anexos, que llevaban así prácticamente desde su estreno, aunque hubo una época con las gradas huecas y sin servicios. Llegó a haber hasta ratas bajo el graderío de cemento. Ronaldo adecentó esas instalaciones y antes había quitado el foso del estadio. Todo ello pagado con dinero del club, unos cuatro millones en este caso, igual que el revestimiento exterior de Zorrilla y el arreglo de las instalaciones interiores, como los baños, las cabinas o la zona VIP. También las dependencias interiores, sala de prensa, gimnasio, vestuario y acceso al campo fueron remozadas.

Todo eso fue gracias a una estabilización económica que se logró con dos años consecutivos en Primera en la época de Sergio González en el banquillo. Ronaldo saneó parte de la deuda del club, mejorando la gestión financiera y atrayendo patrocinios con el gancho de su figura. Llegaron Estrella de Galicia, Adidas y se abrió una oficina de negocio en Madrid. Eran tiempos en que el presidente vivía en Valladolid y estaba más pendiente de la entidad. Se le podía ver en algunos entrenamientos, iba al palco de Zorrilla e incluso a algunos desplazamientos, hasta en campos muy modestos de la Segunda División.

El Valladolid había logrado el ascenso en la temporada 2017-18 (justo antes de su llegada), y nuevamente lo hizo en la 2021-22 y volvió a hacerlo en la 2023-24. Con Ronaldo se impulsó al equipo femenino y la cantera durante los primeros años, con acuerdos para traer a talentos africanos, aunque después ambas parcelas se descuidaron y se dejaron caer.

Además de haber impulsado la remodelación del estadio Zorrilla y desarrollar el proyecto de una Ciudad Deportiva que por el momento se ha quedado en el limbo, en época de Ronaldo llegó la fusión del fútbol y el baloncesto. Lo que era una buena idea, incluso ilusionante, ha acabado también por decepcionar.

Lo que está claro es que la proyección internacional de Ronaldo dio visibilidad internacional al club. En este contexto, subió su exposición gracias a la fama de su presidente, que incluso apareció con la blanquivioleta en un partido de la NBA. En esa época estaba muy cerca de los jugadores, a Keko o a Hervías (por ejemplo) los asesoraba para definir en un «mano a mano» con el portero, y días después de conseguir la primera permanencia y de disfrutar con los jugadores de unas vacaciones en Ibiza (pagadas por Ronaldo) el Real Valladolid comenzó una pretemporada en Estados Unidos con el objetivo de tener mayor visibilidad. Allí se vio al Pucela junto a grandes como el Atlético, Milan, Manchester United, Real Madrid y Barça.

La gestión de la pandemia o saber «recular» antes las protestas de la afición por la subida de los abonos también fueron puntos a favor durante sus primeros años. El club mostraba cierta cintura por entonces, aunque la proximidad de Ronaldo en aquellos años y la aportación de Espinar propiciaron también todo eso. Mientras al presidente se le vio ilusionado y con ganas de agradar, las cosas no fueron del todo mal y había cierta «permeabilidad» respecto a los seguidores. hasta que el cambio de escudo hizo saltar todo por los aires. Fue la primera piedra en el camino de la relación Ronaldo-afición.

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Mientras la influencia del astro brasileño, y la de su séquito, fue positiva, llegaron también refuerzos de jugadores que rindieron, como Alcaraz, Ünal, Joaquín, El Yamiq, Larin, Boyomo, Moro etc. También vinieron otros que el tiempo evidenció válidos y que aquí apenas jugaron, como De Frutos, Lunin o Pedro Potro. Se pagaron traspasos millonarios, fundamentalmente de delanteros y con desigual fortuna, como los de Weissman, Plata o Latasa, pero el dinero se gastó y los tres forman parte de la relación de fichajes más caros de las historia del club. El problema, en este sentido, es que las ventas fueron también millonarias y no repercutieron en reforzar convenientemente al equipo. Como lunares figuran la contratación de Malsa o de Kenedy, que le costó el puesto a Fran Sánchez, junto a la gestión del caso Garri. También hubo un correctivo de Laliga por el fair play financiero de 2024, lastrado por los fichajes del invierno anterior. Ahí llegaron parte de los problemas de esta última temporada.

La ampliación de capital realizada el año pasado parecía un postrero gesto de Ronaldo al poner dinero de su propio bolsillo, pero fue impugnada por accionistas minoritarios, quienes alegaron que sus acciones perdían valor debido a la falta de prima de emisión.

En resumen, Ronaldo Nazário ha aportado visibilidad internacional, ha impulsado proyectos de desarrollo en el club y ha mejorado notablemente las instalaciones. Sin embargo, los resultados deportivos y la gestión institucional acabaron por lastrar estos puntos a favor, que también los hubo.

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