La liga, poco más que un trámite para un Athletic Club que solo piensa en la Copa

«La liga ha pasado a un segundo o tercer plano», asegura el periodista de El Correo Robert Basic, que tiene claro que todos los estamentos del club vasco consideran que el campeonato de la regularidad ha dejado de ser una prioridad. «No es tirarla, sino que con el equipo con 34 puntos (a 9 de Europa y con 12 de ventaja sobre los puestos de descenso) se limitarán a vivir tranquilos y centrarse en ganar los tres o cuatro partidos que hagan falta para no meterse en problemas; el resto del tiempo, pensar en Copa, Copa, Copa y Copa».

«Ahora todo se mira en clave de Copa y el equipo está de borrachera de Copa», relata Basic, que considera que este puede ser el mejor momento para el Real Valladolid si lo que quiere es ganar al Athletic Club.

A esa desconexión mental que pueden sufrir los futbolistas rojiblancos se suma el cansancio con el que acudirán a Zorrilla, donde tendrán que calzarse las botas poco más de sesenta horas después de que terminara su durísimo partido ante el Granada.

De hecho, el conjunto bilbaíno no tendrá tiempo para preparar el choque porque ayer los titulares de Garitano tan solo dieron dos vueltas al campo y se retiraron a recuperarse muscularmente a las instalaciones de Lezama y hoy completarán su único entrenamiento previo al choque frente al Pucela antes de viajar acto seguido hacia la ciudad del Pisuerga.

«El entrenador siempre juega con los mismos, por lo que el cansancio se va a notar seguro y no me extrañaría que haga tres o cuatro rotaciones para refrescar un poco al equipo», evalúa Robert Basic.

Los jugadores del Athletic fueron comedidos en su celebración tras superar la eliminatoria en la ciudad de la Alhambra y se limitaron a brindar con champán en un bar cercano al hotel donde pasaron la noche porque a las 10:00 horas de ayer ya se encontraban volando de vuelta a Bilbao.

Parece que la ciudad les ha querido seguir la corriente en esta tranquilidad, a la espera de que una victoria el 18 de abril convierta la capital vizcaína en una auténtica fiesta. Sin grandes festejos a pie de calle, los futbolistas sí que fueron recibidos por algunos aficionados en el aeropuerto y después unas 300 personas les jalearon durante el entrenamiento. Guardan las fuerzas para dentro de mes y medio.