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La leyenda de Andrés Iniesta en Primera comenzó en ZorrillaEl mundo del fútbol vivirá este martes 8 de octubre un momento histórico: la retirada oficial de Andrés Iniesta. El adiós de uno de los mejores centrocampistas de siempre, autor sempiterno del 'gol de todos' en el Mundial de 2010, ha sido anunciado por el ... propio futbolista en un vídeo publicado este lunes en sus redes sociales. En poco más de dos minutos, el 'mago' de Fuentealbilla evoca momentos clave de su trayectoria futbolística comentados por algunos de los personajes más importantes en su carrera como Van Gaal, Guardiola, Vicente del Bosque o Luis Enrique. Y ahí es donde aparece el Real Valladolid.
Entre estas pinceladas de una línea transversal en su historia en el fútbol, Iniesta no se ha olvidado de uno de los momentos clave de su carrera: su estreno goleador en Primera División. Fue un 10 de abril de 2004, cuando un -por aquel entonces- desconocido y talentoso canterano de la Masía que portaba el dorsal 24 del FC Barcelona ingresó desde el banquillo para cerrar una contundente victoria azulgrana...en Zorrilla.
Fue un ya consolidado mediocentro de Terrassa que ya portaba el 6 culé, un tal Xavi Hernández, quién filtró un pase entre cuatro blanquivioletas para un melenudo Luis Enrique, que cedió a la llegada desde atrás del jovencísimo Andrés para que, con un sutil toque de zurda la mandase a guardar ante un Bizarri que solo pudo hacer la estatua.
Así, en el minuto 84 de aquella jornada 32 de Primera División, Andrés Iniesta conseguía el primero de sus 35 goles anotados en la elite del fútbol español, el tercero del cuadro catalán esa tarde, y corría a abrazarse a su asistente. Ese preciso momento, justo antes del abrazo con el que años después sería también su entrenador, es el que aparece en el breve vídeo con el que el albaceteño ha anticipado su anuncio de colgar las botas de manera oficial.
El Juego Continúa ❤️⚽️ 8️⃣🔟2️⃣4️⃣ pic.twitter.com/YLrDOfxVCB
— Andrés Iniesta (@andresiniesta8) October 7, 2024
Más allá de la notable importancia para su carrera, el tanto suponía cerrar tres puntos muy importantes para un Barcelona de 'entreguerras'. Se podría decir que la campaña 2003-2004 fue una de las más decisivas en la historia reciente del club blaugrana ya que, tras años de incertidumbre y resultados irregulares, el conjunto catalán había confiado a Frank Rijkaard la misión de recuperar su lugar entre los grandes de Europa.
Los inicios no fueron fáciles para un equipo aún en construcción y con mucha herencia del conocido como Barça de los holandeses. Esa temporada, los azulgranas fueron de menos a más, mejorando claramente en la segunda vuelta con un acicate también de leyenda: Ronaldinho. Su fichaje resultó clave para que el cuadro culé recuperase la sonrisa a la vez que jóvenes talentos como Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Carles Puyol o Víctor Valdés comenzaban a consolidarse en el primer equipo.
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Arturo Posada
En contraste, el Real Valladolid vivía una realidad mucho más complicada. El club blanquivioleta, dirigido por Fernando Vázquez, luchaba por evitar el descenso en una temporada especialmente competitiva en la zona baja de la tabla. El equipo había tenido dificultades para mantener una regularidad defensiva y, pese a contar con jugadores de calidad como Óscar González, 'Chino' Losada o el delantero congoleño Ariza Makukula, no lograban salir de los puestos peligrosos.
En ese contexto llegó el duelo entre Real Valladolid y Barcelona, que se presentaba como una oportunidad crucial para ambos equipos. Del lado visitante, el Barcelona necesitaba los tres puntos para seguir su ascenso en la clasificación y afianzar su presencia en los puestos europeos. A orillas del Pisuerga, el Real Valladolid estaba obligado a puntuar en casa para alejarse de los puestos de descenso.
Aunque el encuentro comenzó con mucha intensidad, el Barça apenas tardó dos minutos de juego en abrir su cuenta. Reiziger entró como una locomotora por la banda y pasó a Saviola, que se adelantó a todo el mundo en el primer palo e introdujo el balón en la portería de Bizarri. Pese a que el cuadro vallisoletano dispuso de alguna oportunidad para igualar el partido, una bella combinación de los blaugrana a la media hora de juego terminó con Ronaldinho, que pisaba por primera vez Zorrilla aquella tarde, ejecutando una volea inalcanzable para el meta argentino que sumó el segundo tanto al marcador visitante.
Precisamente iba a ser el crack brasileño, con su picardía carioca, el que diese un halo de esperanza a los blanquivioletas al protagonizar otro acontecimiento canónico en el minuto 53 de partido. Y es que el '10' barcelonista intentó arrebatar el balón con la cabeza de las manoplas de Bizarri, una acción que Losantos Omar, colegiado del aquel choque, castigó con la expulsión por segunda tarjeta amarilla (recibió la primera anteriormente por botar una falta antes de que pitará el árbitro). Así, el de Porto Alegre sufrió en Zorrilla su primera expulsión de las dos que acumuló durante su paso por la La Liga.
Con el partido agitado, el feudo vallisoletano despertó y empujó a un Pucela lanzado a por la remontada. En el 66, Óscar González recortaba distancias tras un córner y daba paso a unos minutos de asedio local a la portería Víctor Valdés. En este contexto, Andrés Iniesta ingresó en el terreno de juego para dejar su huella en el partido con un tanto que, veinte años después, mantiene grabado en su memoria y recuerda en su vídeo de despedida como jugador profesional.
Aquel tanto en Zorrilla fue el primero de muchos goles decisivos que marcaría, pero su verdadero valor radicó en su capacidad para hacer jugar al equipo y su humildad en todo momento, características que definen su legado y se recuerdan en ese breve fragmento audiovisual incluso por encima de su capacidad para controlar el ritmo del juego, su visión y su calidad técnica.
Tras esa victoria en Valladolid, el FC Barcelona continuó su espectacular remontada en la tabla de La Liga. El equipo de Rijkaard, que había estado fuera de los puestos europeos en la primera parte de la temporada encadenó una racha de victorias que culminaron en la segunda posición de la tabla, solo por detrás de un histórico Valencia CF que lograría el doblete de Liga y UEFA bajo el mando de Rafa Benítez.
El Real Valladolid, en cambio, no tuvo la misma fortuna. A pesar de luchar hasta el final, el equipo no logró mantener la categoría y terminó descendiendo a Segunda División. Las derrotas en casa, como la sufrida ante el Barcelona, pesaron demasiado y, pese a la destitución de Fernando Vázquez a cuatro partidos del final, la temporada acabó con una baldía goleada a domicilio ante el Villarreal por 0-3 que no evitó el quinto descenso del equipo a Segunda División junto al Celta de Vigo y al Real Murcia. Aquella resultó una de las relegaciones más traumáticas para la afición del Pucela tras una de sus rachas más consolidadas en Primera División, 11 años en la élite del fútbol español (93-94/03-04) en los que el Real Valladolid jugó en Europa y se acostumbró a metas más altas que la salvación durante varias temporadas.
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