Larin y el Real Valladolid asaltan el Reale Arena

Larin marcó el gol de la victoria, y está rompiendo de golpe todos los registros negativos. La racha negativa de resultados, la sequía goleadora, las victorias a domicilio. El Real Valladolid ofreció esta vez su mejor versión lejos de Zorrilla con un partido serio, valiente y sobre todo, competitivo, frente a un equipo como la Real Sociedad, que a pesar de todas las bajas que tenía, y eran unas cuantas, es el equipo de moda en la competición.

Victoria trabajada y sufrida. Y meritoria. Pacheta le ha ganado la partida a la Real Sociedad. Ya le ganó en la primera vuelta y ha vuelto a sorprender. De inicio, con el planteamiento y con la apuesta de Hongla en el centro de la zaga pese a llevar apenas un par de entrenamientos como quien dice. Y le salió bien.

De los partidos que ha disputado el Real Valladolid como visitante, la puesta de inicio del Real Valladolid en el Reale Arena fue buena, muy buena. Con ritmo con y sin balón, y buscando a Darwin Machís por banda izquierda. Y así llegó precisamente una jugada polémica, tras un pase en largo de Hongla a Machís, y el venezolano en una pugna con Barrenetxea pudo recibir un agarrón del jugador de la Real Sociedad. ¿Dentro? ¿Fuera? El caso es que el colegiado no pitó nada.

En esos primeros minutos, el mérito del Real Valladolid era que no dejaba estar cómodo al conjunto de Imanol Alguacil. El conjunto de Pacheta estaba bien posicionado, tenía claras las ideas; cerraba bien los espacios y eso imposibilitaba los pases a jugadores de creación del conjunto donostiarra, que no estaba cómodo. Y eso era mérito del conjunto de Pacheta.

No es que hubiera ocasiones con excesivo peligro, salvo un remate de Kike Pérez, blando, que atrapó sin problemas Álex Remiro. Plata y Machís empezaron a entrar en juego por las bandas, mostrando esa verticalidad que tanto demandaba el técnico. Con un pero, las jugadas de estrategia en los saques de esquina. No supo sacar provecho el conjunto vallisoletano de este tipo de acciones.

A medida que iban pasando los minutos, el choque se fue equilibrando, sin un dominador claro. La Real Sociedad se asomaba más al área de Masip, con un par de remates de Illarramendi, ganando por alto el balón a la defensa blanquivioleta. La ocasión más clara para el conjunto donostiarra la tuvo Sorloth. El noruego aprovechó el pasillo que dejó el centro de la defensa y quiso definir con calidad, pero el balón se estrelló en el poste.

Lo peor en esta fase del partido fueron las tarjetas amarillas que vio el Pucela. De los cuatro de la defensa, Olaza, Hongla y Javi Sánchez fueron amonestados. Un problema añadido, aunque esa primera parte terminó sin goles.

La segunda parte comenzó con cambios en el conjunto donostiarra. Alguacil cambió a sus laterales (estaban amonestados) y ajustó la línea defensiva. La Real Sociedad trató de tener más el balón y mayor fluidez en su juego. Apareció más Masip y Sorloth puso un nudo en la garganta con un lanzamiento que se marchó fuera por poco.

Pero el nombre propio era el de Larin. El delantero canadiense va camino de convertirse en el nuevo ídolo del Pucela. Salió en el minuto 59. Tres minutos después tuvo una ocasión mano a mano ante Remiro, aunque la jugada estaba invalidada por fuera de juego. Y catorce después iba a marcar en un remate tras un buen centro de Luis Pérez por la derecha, que a lo mejor no fue el más bello estéticamente (con el hombro) pero sí el más efectivo justo cuando mejor estaba el conjunto donostiarra. Un remate ajustado ante el que nada pudo hacer Remiro.

Trató de alargar lo máximo posible cada momento en el que tiene la pelota con Real Valladolid que esta vez, lejos de Zorrilla, si fue competitivo. El último minuto se hizo largo, muy largo, de esos en los que ya quedan uñas que morder. La Real Sociedad atacaba con un Pucela metido atrás, defendiendo con todo lo que tenía. Aguantó el asedio de los donostiarras, pero el equipo demostró que también sabe sufrir. El descenso está un poco más lejos.