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Kike Pérez sale del banquillo para celebrar el gol con Larin. EFE
«Larin huele el remate y es de disparo fácil»

«Larin huele el remate y es de disparo fácil»

Antonio Floro, ayudante en la selección de Canadá entre 2013 y 2016, relata como descubrió en una academia al flamante goleador del Real Valladolid y no paró hasta llevarlo a la absoluta

Martes, 7 de febrero 2023, 07:49

Dos semanas lleva paseándose en manga corta por Valladolid, solo 45 minutos sobre el césped, y ya podemos decir que Cyle Larin ha caído de pie.

Si es cierto que los delanteros viven de rachas, la ola en la que se ha subido el canadiense en su deslumbrante debut en la liga española es lo más parecido a un tsunami. Se llevó por delante a un Valencia en ruinas, pero también logró derribar uno de los muros más inexpugnables del campeonato, como es el que ha levantado esta temporada la Real Sociedad. Con su gol se ventiló varios récords negativos de larga duración para el club, como derrotar a un equipo Champions en su feudo –el último el Villarreal en 2008, según el dato aportado por 'Míster Chip'–, y también uno positivo del que no había referencias en los últimos setenta años.

Fue Santiago Rabadán en 1953 el segundo y último jugador en la historia del club que había marcado en sus dos primeros partidos con la camiseta blanquivioleta en la máxima categoría. Desde este domingo, también Larin incorpora un capítulo abierto al que puede ir sumando páginas con el transcurso de los partidos.

Porque si algo ha dejado claro el 'gigante silencioso' –uno de los apodos con los que ha sido bautizado a lo largo de su trayectoria–, independientemente de la fortuna de haber marcado en dos de sus tres primeros remates, es que conoce el oficio. Larin es de esa clase de jugadores que no se anda por las ramas. Dos toques, dos goles. De profesión, delantero.

Ahora bien, no hay que engañarse. El nuevo ídolo de la afición blanquivioleta pinchará en hueso, y es entonces cuando habrá que evaluar otras virtudes que esconde el delantero canadiense, y que su acierto cara a portería ha eclipsado en los dos últimos partidos.

Para descubrir todas esas características que le adornan, nadie mejor que uno de sus descubridores cuando, con apenas 19 años, intentaba hacer méritos en la academia Sigma Sports de Canadá. Por entonces, año 2014, Antonio Floro ejercía de ayudante de su padre, Benito Floro, al frente de la selección canadiense. «No había campeonato como tal y cuando llegamos, me dediqué a ver la liga de Ontario. Un día el entrenador de esta academia me dijo 'vente, que tengo a un chico de 19 años con posibilidades'», relata Antonio. «Ese día no hizo gol, pero jugó bien. Ya era un jugador grandote, pero se le veía pesado. Se nota que no estaba bien asesorado por entonces. Aún así se nota enseguida cuando un jugador destaca, y él era especial».

Antonio, hijo de Benito Floro y su ayudante en la selección de Canadá (2013-2016), lo descubrió como amateur cuando contaba 19 años

A aquel primer contacto le siguió un paréntesis por la marcha de Cyle a la Universidad de Syracuse, lo que no fue óbice para que el ayudante de Benito Floro insistiera en saber de su progresión. «Me puse en contacto con su entrenador y le dije que me enviara todos los partidos. Ese curso se hinchó a meter goles, y nos propusimos llevarle a la absoluta», explica. Padre e hijo se habían responsabilizado en dirigir tanto a la selección absoluta de Canadá como a la olímpica, y aquel paso que quisieron dar derivó en conflicto en el seno de la federación. «Resulta que no había pasado ni por la sub-17 ni por la sub-20, por lo que no estaba bien visto que acudiera a la absoluta, así que nos tocó hablar y convencer al seleccionador sub-20 para que le convocara antes», comenta Antonio Floro.

Finalmente se hizo, y los Floro pudieron convocar y hacer debutar a Cyle con la selección absoluta -hoy es el máximo goleador del combinado canadiense-. Pronto se dieron cuenta de que tenían un diamante en bruto en las manos.

«Tuvimos que trabajar mucho con él porque era un delantero de remate fácil, de los de un toque, pero le faltaban recursos y pulir cosas como sacar al defensa de sitio cuando le tiene detrás para buscarle luego la espalda», señala hoy, feliz por ver cómo ha respondido en sus dos primeros partidos en la liga española.

«La verdad es que tenía mis dudas por cómo habría llegado», reconoce Antonio Floro. Aunque mundialista en Catar, Larin venía de no jugar ni cuajar en Bélgica con el Brujas, y las dudas eran lógicas. «Cyle siempre ha sido de complexión grande y si no se cuida, se pone pesado y ya tiene más problemas. Pero él tiene ese don. Es de disparo fácil y no se complica ni se va a liar en regates. Y si está en forma va a cumplir siempre porque además vale para cualquier sistema», analiza uno de los hijos de Benito Floro, especialista en el manejo de datos en Valencia, donde reside. «Si tú quieres jugar a la contra, responde porque es veloz, pero si optas por atacar directo no tiene problemas porque es muy grande y, como pudisteis ver el primer día es un rematador nato», apunta.

«Siempre ha sido de complexión grande y si no se cuida tiene problemas, pero si está en forma... Huele el remate y no se lía en regates», dice Antonio Floro de Cyle

Así lo está demostrando en Valladolid, y así lo demostró con apenas 21 años en el Orlando City, donde se ganó a pulso el título de 'rookie del año' y el de goleador joven de la competición.

Después de sus números en Estados Unidos fue el Besiktas quien lo reclutó para golear en la liga turca. Y en Turquía, como en España, también cayó de pie. Hizo 32 dianas en dieciocho meses, y esa incontinencia goleadora le acabó llevando a Bélgica el año pasado. Y más concretamente al Brujas, donde la competencia con Ferrán Jutglá y las preferencias del técnico por otro delantero canadiense recién llegado le abrieron la puerta de salida en este mercado invernal.

No cuajó, y el escaparate del último Mundial de Catar puso a varios clubes tras su pista. Uno de ellos el Cádiz de Sergio González, que se interesó y pujó por él hasta que acabó desistiendo por la aparición del Valladolid de Ronaldo.

Las ofertas no terminaban de convencerle hasta que su entorno le abrió los ojos. 'Siete goles en España es mejor que quince en cualquier otra liga, y te facilitarán un mejor contrato la próxima temporada', le insinuaron.

Y en esas está 'Laringol'. Suma dos en dos apariciones, y afina la mirilla para continuar la racha ante Osasuna. La duda radica ahora en comprobar si saliendo del banquillo, como ante Valencia y Real Sociedad, o ya como titular tras haberle comido terreno a Sergio León.

«Hay que tener en cuenta que viene de no jugar y Pacheta, mejor que nadie, esperará su adaptación. Pero él puede hacer los dos papeles. Puede ser revulsivo, pero también salir de inicio», apunta Antonio Floro, que repasa en su análisis final las virtudes que adornan a su protegido.

«Sabe ir a la espalda del defensa, es muy astuto para perder la marca del contrario pero, sobre todo, huele el remate». Y ese don no se adquiere en cualquier tienda.

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