Kike Pérez se empeña como un veterano y termina como el mejor ante el Barça

Ya ante el Valencia fue uno de los destacados y su partido frente al Barcelona es la constatación de que el Valladolid tiene jugador para rato. Derrochó desparpajo y personalidad a raudales, discutiéndole la hegemonía en la medular al mismísimo Busquets. Ante un grande como el Barcelona se mostró como un veterano.

Nada pudo hacer en el gol del chileno Arturo Vidal, que cruzó al palo contrario.

Le tocó lidiar con Jordi Alba en sus subidas y centro al área y salió bien parado.

Bien atrás (ahora aleccionando a Javi Sánchez), llegó a incorporarse a alguna acción a balón parado.

En apenas un puñado de partidos ha hecho olvidar a Salisu. Hay central para varios años.

Apenas veinte minutos y lesión que le llevó a abandonar el campo antes de tiempo. Debió quedarse tirado en el campo a la espera de la asistencia y correspondiente cambio.

Desplazado a una banda, perdió metros y presencia en el centro campo. Vio la décima tarjeta de la temporada y causará baja en Eibar.

No se le vio cómodo en el rombo y dejó su sitio al descanso para explotar más las bandas.

Brilla más en bloque bajo y cuando el equipo ataca su aportación se diluye.

Ni como enlace ni en su banda. No termina de encontrar el punto.

Ha ido de más a menos en esta vuelta, y en sus últimas apariciones no aporta nada.

Excepcional. Serio y sólido atrás e incisivo arriba.

Al contrario que otros días, pocas oportunidades tuvo de llegar a la línea de fondo.

Dispuso de un par de cabezazos para marcar.

Tuvo una pero optó por no cruzarla y se topó con un sobrio Ter Stegen.

Intrancesdente en el juego.

Los cambios tras el descanso, incluido el de dibujo, surtieron efecto y le dieron otro aire al equipo.