Los jugadores regresan al estadio Zorrilla tras dos meses de ausencia

Con ese escenario, jugadores y cuerpo técnico del Real Valladolid regresan este miércoles al estadio Zorrilla después de casi dos meses de ausencia para realizar los correspondientes test y comprobar que ninguno está infectado por el virus. Los resultados tardarán en obtenerse un mínimo de 48 horas, por lo que el club se ha curado en salud programando la vuelta a los entrenamientos para el próximo lunes día 11. Ronaldo Nazário, con guantes y mascarilla, ha sido de los primeros en llegar al estadio. Jugadores y cuerpo técnico, por su parte, ha ido accediendo al túnel en sus vehículos de forma espaciada (el protocolo indica cada diez minutos), por lo que el goteo ha sido constante -estaban citados desde las 09:00 horas-.

Todos los clubes han debido enviar a LaLiga un listado de 30 jugadores, entre los que se cuentan miembros del filial, para afrontar todo tipo de contratiempos en la recta final del campeonato. En este paréntesis se incluye tanto posibles lesiones, al tener que jugar partidos cada 72 horas, como la posibilidad de que se produzcan bajas por contagios. Las pruebas, que consisten en un test PCR y un test de anticuerpos, se llevarán a cabo entre el miércoles 6 y el viernes 8.

Todos los jugadores han guardado escrupuloso confinamiento en Valladolid desde que se iniciara a mediados de marzo salvo Stiven Plaza, aislado en el municipio de Santo Domingo –a 300 kilómetros de Guayaquil, la zona más castigada de Ecuador–. El jugador busca en las últimas horas la posibilidad de regresar en un vuelo humanitario para incorporarse a los entrenamientos del primer equipo.

Al margen de las pruebas, el club se ha encargado en las últimas horas de desinfectar cada uno de los rincones del estadio y campos Anexos para reducir el riesgo de contraer el virus. De su pertinente inspección se encargan los emisarios enviados por la liga.

A partir de ahí, será el protocolo enviado desde el Consejo Superior de Deportes y limado por la patronal el que entre en acción. Este documento, reducido de un original de veinte folios a otro de nueve, pretende que jugadores, técnicos y responsables de los materiales sepan cómo obrar en cada una de las fases estipuladas. Durante las primeras semanas los jugadores deberán residir en su domicilio habitual junto a las personas con las que convive, desplazándose al campo de entrenamiento siempre en el mismo vehículo.

La intención de la liga pasa porque los jugadores, metidos de lleno en el mes de junio, se concentren todos juntos, y es aquí donde chocan con el propósito de los futbolistas. Este punto, no en vano, está sometido a la evolución de la pandemia y a futuros protocolos.

El vigente incide en que los futbolistas deben acceder a las instalaciones ataviados con guantes y mascarilla –hasta que empiece la sesión– y vestidos ya con la ropa de entrenamiento.

No podrá haber más de seis jugadores a la vez sobre el mismo terreno de juego y siempre se deberá guardar una distancia de seguridad de dos metros. Los futbolistas podrán recibir indicaciones de los técnicos, aunque ya sabrán de antemano cuál será su plan de entrenamiento. El objetivo de las primeras semanas será, sobre todo, recuperar el tono físico tras dos meses de confinamiento.

Los futbolistas también podrán utilizar el gimnasio con un máximo de dos a la vez, si bien deberán guardar el doble de la distancia de seguridad, cuatro metros. Una vez termine la sesión el jugador se llevará en una bolsa biodegradable la ropa del entrenamiento del día siguiente y será en su propio domicilio donde pase por la ducha. La ropa usada la introducirá también en esa bolsa y la dejará en la ciudad deportiva al día siguiente para que sea tratada.

Si cualquier jugador notase cualquier síntoma, deberá avisar al cuerpo médico y aislarse para minimizar riesgos.