El árbitro
Dos errores graves marcan la actuación de Ortiz Arias. El primero de interpretación que hubiera supuesto la expulsión de un jugador visitante. El segundo de gestión y control del juego que suele ser más propio de partidos de fútbol base. Además, el madrileño estuvo muy ... flojo disciplinariamente donde no se le atisbó un criterio claro y dejó varias acciones temerarias sin amonestar. El resultado se aclaró y le ayudó a no tener complicaciones al final, en un choque que no dio sensación de tener controlado en ningún instante. En definitiva, muy mala actuación.
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Aciertos:
Anuló un gol a Badé por apoyarse con las dos manos sobre los hombros, sin dejarle saltar al remate de cabeza.
Errores:
Larin se anticipó a Badé llevándose el balón, cuando se dirigía a portería el defensa le agarró derribándole. El canadiense consiguió rehacerse y continuó la jugada. Ortiz Arias no apreció la falta y debió pitarla además de acompañarla de roja por ocasión manifiesta de gol.
Tras la acción se produjo un tumulto de protestas y añadió un minuto más del previsto. En ese impás, se produjo un córner dentro del tiempo que Ortiz Arias gestionó de manera muy deficiente. Señaló el final tras un rechazo que iba a Escudero que de manera clara tenía un disparo en la frontal que acabó en gol, al precipitarse en pitar no subió al marcador.
El asistente de banquillos se equivocó al señalar fuera de juego del Papu Gómez en el segundo gol sevillista, estaba habilitado por Iván Sánchez.
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