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Pezzolano, seguido por varios de sus ayudantes, tras el entrenamiento del Real Valladolid de este jueves. Alberto Mingueza
Selección natural
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Pezzolano podría ser el Darwin del siglo XXI. Ha hecho multitud de experimentos y ha conseguido darle sentido a la cadena. Con mucha suerte, sin duda, pero al final es lo que cuenta

Jueves, 9 de mayo 2024, 19:45

Si Charles Darwin estuviera entre nosotros, andaría hora enfrascado en afinar su teoría de la evolución y la selección natural a través de lo que está ocurriendo en el entorno del Real Valladolid, tanto en lo relativo a su ecosistema interno como en lo referente ... a la competición en sí. Reduciendo mucho el darwinismo, el naturalista británico dice que las especies cambian con el tiempo, que las nuevas proceden de las preexistentes y que todas comparten un ancestro común. A partir de ahí, llega el ejercicio de supervivencia, la selección natural. En este punto es donde la adaptación al entorno resulta determinante y el Pucela de Pezzolano ha hecho un máster de cómo encontrar su espacio en un contexto hostil. Ha logrado la mutación en el momento más importante del curso y ahora trata de aclimatarse la fauna y la flora que gobiernan la cima de la clasificación para finalizar el proceso con la bocanada de aire fresco que representa sumergirse en un nuevo universo, en Primera División. Como ocurre en el ciclo de la vida, si lo consigue iniciará otro proceso de evolución y, por ende, de selección natural.

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