Real Valladolid y Valencia: con 'V' de venta y 'M' de miseria

Partido de vuelta ·
Los dos clubes confluyen en un peligroso juego de coincidencias y afrontan una situación límite

Juan Ángel Méndez

Jueves, 26 de diciembre 2024, 18:15

Real Valladolid y Valencia son ahora dos almas gemelas. Si en vez de clubes de fútbol fueran seres humanos, podríamos asegurar que tienen lazos de sangre. De hecho, las líneas evolutivas de sus propietarios han dejado de caminar en paralelo para confluir en un peligroso ... juego de coincidencias, que ha abocado a sus respectivas entidades a una situación límite. Digo peligroso porque tiene pinta de que su legado se va a convertir en una herencia cargada de hipotecas a punto de entrar en mora. Además de compartir la V de sus iniciales, pero no 'V' de Valencia o Valladolid, sino de venta, también tienen en común la 'M' de miseria, entendida como la quinta acepción del diccionario de la RAE, «desgracia o infortunio», aunque la primera («estrechez o pobreza extrema») y la tercera («tacañería o avaricia») tampoco les va mal.

En el caso del Real Valladolid, Ronaldo no es precisamente tacaño. De hecho, ha invertido en estructura y en remodelar un estadio, que ha pasado de ruina prehistórica a un presente aseado. Incluso ha ampliado capital por valor de 6 millones de euros. Hasta ahí, poco que decir. Donde no ha sabido manejar el número es, precisamente, en su punto fuerte, en la parcela deportiva. Ahí es donde la primera entrada de la RAE le hace justicia. El Pucela se encuentra emparedado entre el límite salarial y sus penurias económicas. Es tan angosto el sendero que, en medio de una situación deportiva caótica y con el equipo enterrado en el pozo de la tabla, se plantea vender a sus principales activos antes que pensar en reforzar la primera plantilla para que Diego Cocca pueda armar un bloque competitivo que pelee con argumentos por la permanencia.

Valencia y Real Valladolid son tan parecidos que coinciden incluso en sus maniobras para cambiar de entrenador. El Pucela tardó un poco más, eso sí, pero ambos han apostado por técnicos que no han pisado LaLiga, con el riesgo que eso supone para dos clubes al borde de la quiebra deportiva. En la entidad valenciana, lo más hiriente de la situación es que han pagado por la libertad de Carlos Corberán mientras no hay un euro para fichar futbolistas. No es precisamente la mejor maniobra para inyectar emoción, pasión y esperanza a una hinchada que ya les da la espalda con desconsuelo. En Valladolid, por suerte, los ánimos bajan un poco más moderados. En Valencia, la historia y el peso del escudo han provocado una guerra civil insostenible. También inadmisible, por otra parte. Se puede protestar sin perder las formas.

El tiempo dirá. Lo bueno es que hay camino por delante para salir del fango, pero la 'V' de venta y la 'M' de miseria están acariciando peligrosamente el gaznate de Valladolid y Valencia. Muchos se encomiendan a la uve para que la eme se diluya en la chequera de un nuevo dueño con ganas de invertir y reflotar dos entidades con un profundo arraigo social. De cualquier forma, y centrando el foco únicamente en el cuadro pucelano (que es lo que nos importa), solo espero que Ronaldo tome la mejor decisión y venda rápido para que la inestabilidad en el despacho no termine por aplastar definitivamente aquel legado, que se anunció con los acordes de la Champions y que ahora viaja en 'business class' hacia un desenlace crudo y amargo para la historia del Pucela.