Moro desborda por banda para llegar a la línea de fondo. Carlos Gil-Roig
Gambetas largas

Un punto para mantener la autosuficiencia

«El Real Valladolid salva un punto para seguir dependiendo de sí mismo ante las dos jornadas que restan para el desenlace. La insistencia de Moro resultó definitiva»

Domingo, 19 de mayo 2024, 19:22

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Una salida impetuosa aplacada por el gol local

El Pucela encaró el partido con chispa, las marcas prietas, el espacio comprimido, los centrales tensos para evitar la segunda jugada y el dibujo abierto para defender con nervio y atacar con filo. El equipo de Pezzolano buscó la sentencia exprés, sin especular. En el ... palco, Ronaldo se codeó con Carnero y Puente. Más tensión imposible. Sobre el verde, el cuadro castellano también destiló picante. Mereció más. Negredo perdió el sitio. Moro e Iván Sánchez percutieron con menos filo a contrapié. El preparador uguruayo les cruzó después del tanto del Alcorcón. El 1-0 desdibujó el buen inicio del Real Valladolid y el cuadro castellano entró en una zanja que estuvo a punto de atraparle. El técnico blanquivioleta tardó en mover ficha, incluso más allá del minuto 60. Esta demora puso en riesgo el hilo de vida que significaba el empate, que llegó tras un chispazo de Negredo.

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Oliveira pone un borrón en su expediente

Lucas Oliveira era al Pucela lo que Busquets al mejor Barça de todos los tiempos. Contundencia en el corte, simplicidad en la combinación. Pase corto, poco riesgo. Ayer, el brasileño presentó su versión más obtusa. Además de la cartulina amarilla, que le condicionó su papel en el partido antes de los veinte minutos, se mostró impreciso, muy inquieto con el balón en la bota y sin la concisión necesaria para otorgar fluidez al primer pase del equipo pucelano. Si en encuentros precedentes se transformó en un ancla, ante el Alcorcón se disfrazó de cortocircuito. Un mal día lo tiene cualquiera. El problema reside en el tiempo. El Real Valladolid no tiene margen. Dos partidos que requieren dos triunfos. El técnico tendrá que medir al milímetro sus movimientos. Ya no hay espacio para la parsimonia.

3

Seis puntos para conseguir el ascenso

Estamos donde queríamos. No hay duda de que un triunfo en Alcorcón representaba tres cuartas partes del ascenso, pero el Real Valladolid nos ha acostumbrado a vivir al borde del abismo. Y en este contexto, el cuadro castellano fabricó un partido tenso y complicado. Salió con el machete entre los dientes. Arrancó con ambición, la presión alta y los centrales asfixiando al juego directo del Alcorcón. Todo iba sobre la línea hasta que el conjunto madrileño embocó tras un remate en semifallo que atravesó túnel de piernas para quebrar la imbatibilidad de Masip. En ese instante, el Pucela perdió la consistencia. Pezzolano tardó un pelín en mover ficha. La lógica pedía movimiento en el intermedio, pero el técnico uruguayo retrasó la puesta en escena del nuevo plan. A pesar de todo, llegó el filo de Moro, la media vuelta de Negredo y el gol que representa un punto y que puede valer un ascenso. El Real Valladolid salva una jornada fuera de casa. El Éibar ganó al Cartagena y el Leganés al Sporting. Ambos en su estadio. Restan dos jornadas para el desenlace. Si el once albivioleta derrota al Villarreal, la gloria puede estar un poco más cerca.

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Moro, después Moro y más tarde Moro

Raúl Moro se convirtió en un puñal. Por la izquierda, más incómodo, y por la derecha, más ágil. Pezzolano volvió a optar por el contrapié, con Iván Sánchez y el propio Moro con la pierna cambiada. Al paso del epílogo del primer acto trocó los pies, pero en la segunda entrega volvió a su plan. Moro le dio la razón con el centro que puso la letra capitular del empate. No debería perderse en la anécdota. Con el fútbol que cincela el Real Valladolid, los puñales actúan mejor con el regate hacia el costado y el envío al área con la pierna buena. Moro fue el mejor del partido. Es como Vinicius, salvando las distancias. Recibe, controla y encara. A veces le sale bien, otras regular y algunas mal. No importa, siempre percute. Futbolistas con su talento solo necesitan libertad para seguir intentándolo. Es lo que demanda el cuadro castellano en los dos partidos que restan para el epílogo, un jugador valiente que nunca rehúya la gambeta. Moro y diez más es mi plan para los siguientes envites. El gol llegará por insistencia.

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Negredo marca en su partido más discreto

Llevo semanas pensando que Negredo tiene que marcar un gol decisivo. Tal vez sea el que anotó ayer contra el Alcorcón. El 'nueve' blanquivioleta firmó su peor actuación desde que llegó al Real Valladolid, pero, cosas del destino, marcó el empate que permite al conjunto pucelano seguir dependiendo de sí mismo para conseguir el objetivo. Si nos detenemos en las prestaciones individuales, más allá de la diana, Negredo estuvo lento, con poca gracia y menos cuerpo para impulsar el fútbol de la segunda jugada. Perdió algún balón que comprometió a la zaga y en la única acción en la que estuvo fino y afilado fue en el gol. Terminó lesionado. Menos es nada. Ahora le toca a Sylla, reservado este domingo.

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