La principal mierda es no ascender

Si hay alguien al volante, debería explicarle al inquilino del banquillo que la principal mierda es no ascender. Si no, que se lo pregunten al departamento de Marketing y Desarrollo de Negocio, que se deja los bigotes en el mercado buscando euros y que sigue pariendo ideas para generar nuevas vías de ingresos que aseguren la sostenibilidad económica del club. Si al míster le parece que hay objetivos más relevantes que el ascenso, le invito a hacer un ejercicio. Póngase un traje, acompañe al equipo comercial a una reunión con un potencial patrocinador y dígale a la marca que en Segunda tiene que poner el mismo importe que en Primera porque de puertas hacia adentro se están haciendo las cosas bien, hay valores y mucho trabajo. No ascendemos, pero somos muy currantes. Mejor aún, vístase de director deportivo y busque futbolistas que quieran militar en un club de inferior categoría, que deportivamente es un desastre, que suma 4 goles en los últimos 8 partidos, que se conforma con empates estériles, que posiblemente no ascienda, pero que internamente cumple con objetivos más importantes como «el respeto a la institución en el día a día». ¿No se puede ganar, ascender y consolidar los valores de la entidad al mismo tiempo?

En el fútbol, por desgracia, prima el corto plazo, cuyo éxito es el que te garantiza que puedas ir construyendo el futuro con solvencia y sostenibilidad. Si la pelotita no entra, los euros no llegan y los valores se van por el sumidero. Por eso, lo más importante es ganar y poner el escudo del Real Valladolid en Primera. Lo demás son milongas. Sin esa gasolina, sin la pasta que aportan los derechos de televisión, con la grada vacía y con el actual modelo de negocio de los clubes, o estás en Primera o permanecer en Segunda representa un abismo inasumible. Lo que chirría es que, a estas alturas, Pezzolano ponga a la misma altura dos conceptos que no tienen parangón. Es como si a un estudiante le dices que lo importante es tener los apuntes impolutos antes que aprobar o sacar buena nota. No me imagino a Florentino aguantando a Ancelotti diciendo que ganar títulos es importante, pero que hay objetivos internos más determinantes. Es el mundo al revés. Lamentablemente, el vía crucis de la hinchada ya no reside solo en soportar el arisco fútbol del equipo y su insoportable irregularidad en una competición mediocre, sino que ahora también tienen que aguantar las ocurrencias magistrales del técnico uruguayo cada vez que se pone delante de un micro. En fin…