Anuar disputa un balón a Tenaglia, del Alavés. Carlos Gil-Roig
Opinión

'Pezzolanuar', fuerza y honor en el Real Valladolid

Partido de vuelta ·

«Ahora toca mantener el suflé. Que el efecto 'Pezzolanuar' no se desconecte y el conjunto blanquivioleta abandone la respiración asistida para competir con gallardía en Primera»

Juan Ángel Méndez

Valladolid

Miércoles, 23 de octubre 2024, 18:19

A Anuar solo le faltó pisar el césped de Medizorroza con la cara pintada. Estilo 'black eye'. La mirada tensa y la mandíbula prieta. Así se gestó la rebelión del indomable, el mayor ejercicio de mimetización que se recuerda entre la idea de un entrenador ... y su espejo sobre el terreno de juego. Pezzolano llevaba semanas anhelando la recuperación de los lesionados, pero en su cabeza solo había un nombre, Anuar. El canterano ha pasado de ser uno más, e incluso salir cedido, a convertirse en el líder de una plantilla que, hasta la resurrección del viernes, vagaba por la competición con armadura de cristal y la personalidad deshilachada.

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Ha nacido el concepto 'Pezzolanuar', la impecable conjunción entre la pizarra y el césped. No digo que el resto no hiciera nada. Todo lo contrario. Anuar se subió a la ola y sus compañeros se cosieron a la tabla para recuperar esa versión dinámica, canchera y solidaria que había desaparecido de la escena desde el partido contra el Espanyol. El triunfo se gestó sobre la pasión de Anuar. El ceutí eliminó la corriente negativa hasta el punto de dar la vuelta a esos intangibles que siempre se ceban con el Pucela, incluido el error que dio origen al 1-0 en el minuto 5. Histórico. Se alistaron en el batallón el colegiado, el VAR, el acierto desde el punto de penalti y la solvencia en defensa. La tormenta perfecta. Sin Anuar, el Real Valladolid habría aguardado el golpe de gracia para volver a firmar otro esperpento. Pero apareció el canterano como si fuera Jonah Lomu vestido con los colores del VRAC, por aquello de la cercanía. Infinitas carreras desbocadas de ida y vuelta, pero sobre todo dos, la que dio origen al penalti que supuso el empate -ahí cambió el partido- y la que certificó la victoria.

Cuando Pezzolano era futbolista, las crónicas de la época hablan de un centrocampista de perfil ofensivo que podía jugar por ambas bandas. Bingo. Un Anuar con acento uruguayo, aunque el ceutí es más 4x4 que su entrenador. Ahora toca mantener el suflé. Que el efecto 'Pezzolanuar' no se desconecte y el conjunto blanquivioleta abandone la respiración asistida para competir con gallardía en Primera. Es cuestión de que el técnico y su plantilla recuperen el feeling que parece haber reinventado Anuar. Ese Fuenteovejuna que se presenta sobre el césped con los valores como factor innegociable. Como dice el lema del VRAC, por seguir con la analogía rugbística, fuerza y honor.

Precisamente es lo que encarna Anuar. Más allá de la arista futbolística, en la que no es precisamente el jugador más talentoso de la plantilla, lo que marca la diferencia es el carácter, la unión con el escudo y los valores del club. Esto es lo que hace que la afición se enamore de sus ganas, de su entrega y de su temperamento. Como suelen suceder las cosas en el Real Valladolid, así como por arte de magia, el Pucela puede haber encontrado en 'Pezzolanuar' el ligamento perfecto para que el vestuario recupere la fe y la grada se olvide del palco para soñar con un futuro mejor. ¿Será la palanca definitiva para escapar del infierno? En las próximas jornadas comprobaremos si el concepto es efímero o ha venido para impulsar al Pucela hasta el final del curso.

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