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Pezzolano recoge un balón en la banda durante un partido.
Partido de vuelta

¿Qué más tiene que ocurrir?

«Si el primer equipo fuera una empresa, estaría en quiebra técnica. El balance de ingresos (puntos) y costes (derrotas) es inasumible. Liquidación inminente. A Pezzolano le salva que no estamos hablando de euros»

Miércoles, 27 de noviembre 2024, 17:58

Los datos de Pezzolano en Primera División son de despido fulminante. No se me ocurre mejor manera de presentar una dimisión velada. El problema reside en que el interlocutor del técnico, en este caso Ronaldo, por lo que sea, prefiere prolongar la agonía. No entro ... en los motivos subjetivos, que los habrá. No son prioritarios. Aquí lo que prima son los resultados y la permanencia. También entiendo que el componente económico será determinante y que haberle entregado la llave de todo el ecosistema deportivo, con su legión de asesores incluida, será una arista con gran protagonismo en este transitar por el alambre de una entidad, que vuela sin remisión hacia el averno. En otro capítulo analizaremos esta hipoteca.

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No voy a entrar en las sensaciones ni en el fútbol indigesto que practica el conjunto castellano. Tampoco me detendré en el tiovivo de alineaciones, planteamientos y decisiones indescifrables que colecciona Pezzolano. Pasaré por alto que los futbolistas con más sueldo apenas aportan y que hay una ristra interminable de jugadores que pasan del estrellato al ostracismo sin mucha explicación ni capacidad por parte del cuerpo técnico para sacarles del pozo. Nada de esto. Voy, exclusivamente, a apalancarme en los datos que hacen insostenible la continuidad del preparador sudamericano.

Aparco el oasis del ascenso, tejido a golpe de eficacia. Si el primer equipo fuera una empresa, estaría en quiebra técnica. Su balance de ingresos (puntos) y costes (derrotas) es inasumible. Liquidación inminente. Le salva que no estamos hablando de euros, aunque para un club de fútbol el beneficio está íntimamente ligado al éxito deportivo. A lo que iba. Pezzolano ha perdido el 56% de los partidos en Primera (5 victorias, 6 empates y 14 derrotas). Marca, de media entre las dos temporadas en la máxima categoría, cada 98 minutos y recibe gol cada 49. Es como si un autónomo con las cuentas tiritando quiere cotizar en bolsa. Es inviable. No hay relato posible. Si profundizamos sobre la arista del comportamiento, con Pezzolano como el más tarjeteado de la categoría, incluso por delante de los defensas más leñeros del campeonato, la situación hace añicos cualquier excusa que justifique su continuidad.

En el ámbito empresarial ordinario, habría cambios y el consejo de administración buscaría revulsivos para dar la vuelta a la cuenta de resultados. En este contexto, el Pucela se comporta como un tractor en medio de una carrera de Ferraris. Ronaldo tendrá sus motivos, pero la realidad es que el Pucela se desmorona, los futbolistas parecen cada vez peores y la solución pasa por ver si suena la flauta y el equipo rasca un punto ante el Atleti. Si lo hace, un mes más de crédito o hasta que Ronaldo venda el club. Y si hay derrota, que es lo lógico, pues a lo mejor también sigue. Pezzolano parece intocable.

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Por cierto, lo de Ronaldo jugando al tenis mientras al Pucela le partían la cara en Getafe, solo corrobora que, para el astro brasileño, el Real Valladolid es un negocio más. Cuanto antes lo asuma la masa social, antes se detendrá el desencanto. Particularmente, me da igual dónde estuviera. Su agenda no la marca la entidad castellana. Donde aporta, porque su figura es relevante, es en el palco y en el vestuario. A partir de ahí, con su vida privada puede hacer lo que le apetezca. Faltaría más. Su único error reside en la retransmisión en directo. Es una falta de tacto con la afición que, por otra parte, es su principal cliente.

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